Bled, Eslovenia. Ubicado en el noroeste del país. Este pueblo era considerado una gema escondida en Europa que en últimos años se ha convertido en uno de los puntos turísticos más importantes del país. Con poco más de 8,000 habitantes, Bled tiene un lago turquesa con una iglesia en una pequeña isla además de un castillo medieval sobre un acantilado. De fondo, las montañas nevadas Karavanke, que forman una frontera natural con Austria. Crédito: Istock / NataliaDeriabina
Sintra, Portugal. Es una ciudad ubicada en las afueras de Lisboa, la capital portuguesa. Es famosa por incluir un complejo de palacios y jardines además del Parque Natural Sintra-Cascais, cruzado por serranías desde cuyas cimas se alcanza a ver el mar. La ciudad es
Patrimonio de la Humanidad declarado por UNESCO. El complejo incluye un castillo medieval moro, el Palacio Nacional de Pena (en la foto) y el Palacio Nacional de Sintra.
Crédito: Istock / Balate Dorin
Crédito: Istock / Balate Dorin
Hallstatt, Austria. Es un pequeño pueblo situado entre la costa suroeste del lago Hallstätter, rodeado de montañas está rodeado de empinadas laderas del macizo de Dachstein. El escénico pueblo es famoso por su producción de sal que data de tiempos prehistóricos.
Las minas de sal fueron reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Mundial. El perfil de las casas alpinas y contrucciones medievales hacen de Hallstatt un paisaje de postal. Crédito: Istock / SHansche
Mont Saint-Michel, Francia. El perfil de este pequeño islote sobresale en las costas de Normandía, ubicado en bancos de arena que surgen cuando las mareas bajan. Antiguamente, la isla solo era accesible cuando el agua se retiraba, lo que le daba una defensa natural. En la cima, se ve la aguja de una abadía benedictina gótica dedicada al arcángel San Miguel construida entre los siglos XI y XVI y rodeada de un pequeño pueblo.
Mont Saint-Michel y su bahía son también patrimonio mundial declarado por UNESCO. Crédito: Istock / DaLiu
Hohenzollern, Alemania. El castillo era el
centro ancestral de la Casa de Hohenzollern, una dinastía alemana de siglos. El castillo original comenzó a contruirse en el siglo XI, pero fue reconstruido en dos ocasiones. Los picos de las torres del edificio sobresalen y es visible a lo lejos, entre las ondulaciones de la región de Suabia.
Crédito: Istock / scaliger
Crédito: Istock / scaliger
Colmar, Francia. Ubicada en el noreste del país, bordeando la frontera con Alemania, esta ciudad es famosa por su casco histórico perfectamente conservado, sus canales conocidos como 'Pequeña Venecia' y por ser considerada la 'capital del vino' de la región francesa de Alsacia. Tiene más de 900 años y perteneció al Sacro Imperio Romano,
fue ocupada por Suecia y luego por Luis XIII de Francia, país que la anexiona a partir de 1648. Alemania también la anexionó dos veces, en 1871 y en la Segunda Guerra Mundial.
Crédito: Istock / DaLiu
Crédito: Istock / DaLiu
Alcázar de Segovia, España. Es un castillo medieval
patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO y uno de los más icónicos de España. Fue levantado como fortaleza, en los años 1120, pero que con los siglos fue
usado como palacio real, prisión, academia militar y de artillería. El aspecto 'mágico' de este castillo es mencionado como la posible inspiración de Walt Disney (junto con el Neuschwanstein, en Alemania) cuando diseñó el castillo de Cenicienta (el que se alza en el parque Magic Kingdom).
Crédito: Istock
Crédito: Istock
Castillo de Neuschwanstein, Alemania. Situado en una colina escarpada en Baviera, es uno de los castillos más visitados del país. Estéticamente luce como un verdadero castillo de cuento de hadas y cuenta con vistas francas al valle de Hohenschwangau.
El castillo fue pensado como un hogar para el rey Luis II, de Baviera, hasta que murió en 1886. Era un gran admirador del compositor Richard Wagnery el castillo se construyó en su honor.
Crédito: Istock
Crédito: Istock
Alberobello, Italia. Esta pequeña ciudad de Apulia, en el sur del país, cuenta con una zona que parece salida de un cuento. En la foto se ven los
trulli, viviendas de
piedra caliza levantadas con una técnica prehistórica que todavía se usa en esta región. Estas estructuras son de mediados del siglo XIV y tienen techos cónicos. En Alberobello hay más de 1500 estructuras de este estilo y están protegidas como patrimonio mundial.
Crédito: Istock
Crédito: Istock
Chenonceaux, France. El castillo está ubicado en el río Le Cher, cerca del pequeño pueblo del mismo nombre. Emplazado sobre el agua, el castillo es especialmente fotogénico por sus reflejos, siendo uno de los más famosos del valle del Loira. El actual edificio se levantó en el siglo XVI, aunque se fue ampliando en los siglos siguientes.
Enrique II se lo dio a su amante Diane de Poitiers y cuando él murió, en 1559, la reina Catalina de Médicis la obligó a salir. La monarca ordenó construir un gran salón de baile en el puente que terminó de darle el aspecto actual. Crédito: Istock
Castillo Eilean Donan, Escocia. Situado en un islote rocoso, el castillo se levanta en el punto de unión de tres lagos marinos, Loch Duich, Long y Alsh. Referencias históricas marcan que la
primera construcción se levantó en el siglo XIII como defensa en contra de los vikingos. El castillo medieval fue destruido y desmantelado en partes a través de los siglos. La restauración de principios del siglo XX agregó una pasarela para llegar a la isla.
Crédito: Istock / andreacerri
Crédito: Istock / andreacerri
Rothenburg ob der Tauber, Alemania. La ciudad está situada en Franconia, Baviera, y es famosa por su casco antiguo medieval en perfecto estado. Las casas pintadas de colores, con vigas de madera a la vista, las calles adoquinadas, las murallas de la ciudad y la gótica iglesia de St. Jakob la convierten en un destino para millones de visitantes cada año.
Crédito: Istock / Xantana
Crédito: Istock / Xantana
Lago de Resia, Italia. Ubicado en la frontera con Austria, es famoso por el campanario sumergido de una iglesia románica del siglo XIV.
En 1950 se realizaron obras para una presa hidroeléctrica que unió dos cuencas naturales. El agua sumergió al antiguo pueblo, Curon Venosta, y los habitantes vivieron una migración forzada que los llevó a levantar el nuevo Curon Venosta. El lugar luce como un escenario para un cuento de hadas, con la torre en medio del espejo de agua cristalina, rodeado de montañas. En invierno, cuando el lago se congela se puede caminar hasta el campanario.
Crédito: Istock / Michelangeloop
Crédito: Istock / Michelangeloop
Castillo de Bran, Rumania. Emplazado en un peñasco, el castillo de Bran (en Transilvania) parece sacado de un cuento, pero en su caso más bien de vampiros. El castillo atrae multitudes porque comúnmente se le conoce como el Castillo de Drácula, porque popularmente se lo vincula al personaje principal del libro de Bram Stoker. Sin embargo no hay evidencias de que Vlad Dracula, (Vlad, el Empalador, príncipe de Valaquia) el personaje que habría inspirado la novela, hubiera vivido allí. (
Drácula vivió en la Fortaleza de Poenari, hoy unas ruinas que se encuentran en los Cárpatos).
Crédito: Istock
Crédito: Istock
Mostar, Bosnia y Herzegovina. La ciudad está situada en el río Neretva y sus orígenes datan del XV como una ciudad fronteriza otomana y luego durante el período austrohúngaro en el siglo XIX. La arquitectura turca, otomanas, mediterráneas y europeas occidentales convergen con el Puente Viejo, Stari Most, sobre el río, en un profundo valle verde. El conflicto armado de los 1990 dejó casi todo completamente destruido, pero la reconstrucción del casco se ha establecido como
patrimonio por UNESCO. Crédito: Istock
Castillo Eltz, Alemania. Es un castillo medieval ubicado en las colinas sobre el río Mosela es uno de los pocos castillos del Rin en Renania-Palatinado que nunca han sido destruidos por las guerras. Es considerado el castillo de caballeros alemán más famoso, aún conserva muebles originales y además
pertenece a la misma familia Eltz desde el siglo XII. Se eleva sobre una gran roca en un valle, rodeado del bosque de Eltz, una reserva natural que se tiñe completamente de blanco con las nevadas de invierno.
Crédito: Istock
Crédito: Istock
Castillo Corvin, Rumania.
Es un castillo gótico situado en Hunedoara, Transylvania. Comenzó a levantarse en el siglo XV como fortificación y se le fueron agregando torres y puentes sostenidos por pilares de piedra. La primera etapa de construcción del castillo termina antes de 1446, cuando Ioan de Hunedoara se convirtió en gobernador del Reino de Hungría. Tiene muros de piedra labrada, altas torres y tejados de pizarra roja y es señalado como uno de los más grandes de Europa.
Crédito: Istock / Adrian Catalin Lazar
Crédito: Istock / Adrian Catalin Lazar