Así piensa y se forma un creyente de teorías conspirativas (y podría ser cualquiera)
En fotos: los carteles con falsedades que usan los creyentes de teorías conspirativas
Creer ocurre de una manera tan natural que es prácticamente inmanente a estar vivos. Pero, a la vez, es un fenómeno tan complejo que al estudiarlo hay que tomar en cuenta desde nuestros componentes genéticos hasta el amor que recibimos en nuestro crecimiento, pasando por la religión a la que pertenecemos, la autoestima, nuestra sensibilidad y - más importante que todas las demás aristas - la educación académica y formal.
El límite entre lo lógico y lo no verificable es muchas veces indistinguible. Tanto, que Asbjorn Dyrendal, profesor del Departamento de Filosofía y Estudios Religiosos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, afirma que “todo el mundo cree en al menos una teoría conspirativa”.
Pero, ¿qué pasa cuando dudar de lo objetivamente verificable y asumir explicaciones que no parecen ser constatadas con la realidad es una tendencia recurrente?
Las teorías conspirativas tienen un añadido fundamental que las diferencias de simples explicaciones alternativas de eventos, y es que en este caso está presente la suposición de "un plan malvado, planeado en secreto por un pequeño grupo de individuos poderosos", como indica el doctor Jovan Bydord, profesor de psicología de la Universidad Abierta de Londres. Aunque no hay data que afirme que creer en teorías conspirativas te hace ser un paranoico, los psicólogos sí confirman que las personas con perfiles paranoicos suelen creer en teorías conspirativas. Los paranoicos padecen un trastorno psiquiátrico que les hace sufrir de delirios y consecuentes crisis intensas de ansiedad.
¿Qué rasgos comparten los asiduos a las teorías conspirativas? Características relativas a la educación, la autoestima y el instinto tribal de los seres humanos, conformado por miedos, espíritu colectivo y rechazo hacia lo distinto, se complementan. La apreciación del mundo objetivo es sustituida por un mecanismo que trae satisfacción emocional y ganancias secundarias. En adelante, ordenamos un número de características relevantes que hemos encontrado en diversos estudios y autores dedicados y que han hecho investigaciones sociológicas, psicológicas y antropológicas en lo relativo a quienes tienen una mayor tendencia a creer en teorías conspirativas.