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Negligencia Médica

El viaje de tres mujeres a Tijuana para realizarse cirugías estéticas que terminó en tragedia

Tres mujeres de California cruzaron la frontera sur el mismo día atraídas por el bajo costo de los procedimientos estéticos que ofrece una clínica a cuyo dueño, en 2015, las autoridades locales de salud le clausuraron otro local por operar en la ilegalidad. Una de ellas murió, la otra desarrolló insuficiencia renal y, la tercera, tuvo un shock séptico.
29 Abr 2021 – 02:49 PM EDT
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Keuana Weaver, una mujer de California, publicó el 21 de enero pasado en su cuenta de Facebook: “Este año es tan personal. ¡Cualquier cosa que me haga feliz la haré!”. Ocho días después, cruzó la frontera a la ciudad mexicana de Tijuana para someterse a una liposucción que le costaría la vida.

La mujer de 38 años no fue la única que aquel 29 de enero salió perjudicada. Kanisha Davis, enfermera de profesión, viajó junto a su amiga Keuana para realizarse una abdominoplastia, un procedimiento que, al igual que la liposucción, permite perder grasa abdominal.

Davis resultó también perjudicada al desarrollar hemorragias internas y vómitos intensos después de la operación y, al volver a su casa en California donde fue hospitalizada, fue diagnosticada con insuficiencia renal aguda.

Esmeralda Íñiguez, una tercera mujer de California —que no está relacionada ni con Weaver ni con Davis— salió también afectada con un shock séptico por el procedimiento estético que le realizó el mismo día el mismo médico en el mismo lugar, la clínica Art Siluette Aesthetic Surgery, ubicada en Las Torres de Tijuana, en la Colonia Aviación, que aún anuncia sus servicios en redes sociales en inglés y español.

Antecedentes

La clínica Art Siluette Aesthetic Surgery es propiedad de Jesús Manuel Báez López, uno de muchos médicos que, sin tener la especialidad en cirugía plástica, se anuncian en la ciudad de Tijuana, la cual es conocida por ser un destino de “turismo médico” al resultar mucho menos costosos los procedimientos que en Estados Unidos.

Báez López, sin embargo, es un doctor que tiene antecedentes de negligencias en otro establecimiento del que fue propietario en la misma urbe del estado de Baja California.

En abril de 2015, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), un organismo del gobierno mexicano encargado de regular el estado de los servicios médicos, informó de la clausura de 10 clínicas de Tijuana dedicadas a la cirugía plástica y estética que operaban en la ilegalidad.

Entre los centros de salud que, según la Cofepris, trabajaban con “productos caducos y sin registro sanitario” o que no pudieron comprobar su funcionamiento legal se encontraba la Clínica Santa Fe Medical Group propiedad de Báez López.

La suspensión de esa decena de establecimientos se dio luego de que una mujer australiana, de nombre Eva Nicole Sarmonikas Figueroa, de 29 años, muriera en marzo de 2015 en la ciudad de Mexicalli, ubicada a 110 millas de Tijuana, también durante un procedimiento estético en una clínica particular.

En 2019, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) emitieron una advertencia después de que 11 estadounidenses que se sometieron a cirugías de pérdida de peso en Tijuana regresaran con infecciones resistentes a los antibióticos.

El viaje

Kanisha Davis conversó con el diario The San Diego Union-Tribune sobre su caso y el de su amiga, Keuana Weaver.

La mujer aseguró que ambas decidieron ir a Tijuana después de que “tuvieron tiempo de inactividad a causa de la pandemia” y que programaron sus cirugías el mismo día en la clínica de Báez López.

Weaver, quien era madre de dos niños, no notificó a nadie de su familia que viajaría de California a México para someterse a la operación; a su madre le dijo que iría a Florida a realizarse una abdominoplastia.

Davis aseguró que durante la cirugía que a ella le realizaron se preocupó de que no estuviera conectada a ningún monitor durante la operación. Al ser enfermera de profesión, le inquietó, además, que fuera dada de alta inmediatamente sin que le realizaran ningún análisis de sangre y que la llevaran enseguida del procedimiento al hotel donde se alojaban para recuperarse.

Fue ahí donde la mujer se enteró de la muerte de su amiga. Enseguida, se comunicó con su esposo, quien la llevó de vuelta a su casa en California.

No obstante, a su vuelta Davis comenzó a tener hemorragias internas y vómitos intensos por lo que fue trasladada al hospital Pomona Valley, donde estuvo internada dos semanas y donde le diagnosticaron insuficiencia renal aguda.

“Si no hubiera ido al hospital cuando lo hice, habría muerto”, declaró. “Me estaba desangrando lentamente. Estaba débil”.

Noticias fatales

Ese mismo 29 de enero, Renee Weaver, madre de Keuana, recibió una llamada de un familiar en la que le decían que su hija había muerto en una mesa de operaciones de una clínica de Tijuana.

La mujer de 58 años dijo que no pudo creer lo que escuchó al teléfono y tampoco supo qué hacer o a quién reclamar por la muerte de su hija.

Un mes más tarde, Renee Weaver tuvo que ir a reconocer a la morgue de Tijuana los restos de Keuana para iniciar el trámite de repatriación del cuerpo.

Las autoridades de salud del estado de Baja California, donde se ubica Tijuana, le extendieron a Weaver únicamente un documento, firmado por el director de la Cofepris estatal, David Ignacio Gutiérrez Inzunza, en el que se leía que la causa de muerte de su hija fue una “encefalopatía hipóxica secundaria”, que se refiere a los daños sufridos por el sistema nervioso central debido a un suministro inadecuado de oxígeno y sangre.

“Keuana era una mujer muy independiente; una mujer negra buena, cariñosa, lista y muy inteligente”, manifestó Renee Weaver a The San Diego Union-Tribune. “Ese médico nos arrebató mucho a mí y a mi familia y, sin duda, tengo que dar a conocer su historia”.

“Lo que más me entristece es que esto le haya sucedido a mi hija, porque para mí ya era muy hermosa, por dentro y por fuera, simplemente no podía verlo”.

Hasta el momento, en la Fiscalía General de Justicia de Baja California no existe denuncia alguna por la muerte de Keuana Weaver, cuyos restos fueron sepultados a finales de marzo. Tampoco por el caso de negligencia a Kanisha Davis.

La clínica de Art Siluette Aesthetic Surgery del médico Jesús Manuel Báez López, por su parte (hasta la fecha de publicación de este trabajo), aún sigue promocionando en su perfil de Instagram cirugías a clientes a ambos lados de la frontera.

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