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Embarazo

Ella pensaba que tenía covid de larga duración, pero en realidad estaba "muy embarazada"

Jo Anne McCusker, de 36 años, descubrió por sorpresa que estaba embarazada cuando ya estaba en su segundo trimestre debido a una rara condición llamada placenta precreta.
Publicado 20 Feb 2022 – 07:36 PM EST | Actualizado 20 Feb 2022 – 07:36 PM EST
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Una mujer de 36 años que sospechaba tener covid de larga duración debido a que se sentía constantemente cansada resultó estar embarazada y no se enteró sino hasta el segundo trimestre de embarazo.

Jo Anne McCusker, de Englewood, Nueva Jersey, sufre de placenta percreta y esa fue la condición que hizo que su embarazo pasara “desapercibido” durante más de la mitad del periodo. McCusker contó que supo de su condición cuando acudió al médico.

“Mi doctor dijo: ‘Usted puede tener covid de larga duración, pero usted está embarazada. De hecho, muy embarazada”, relató McCusker al programa Today de la cadena NBC.

Su médico llevó a cabo un ultrasonido y fue entonces que la mujer descubrió que se encontraba en su segundo trimestre y de su condición, de la que no había escuchado nunca.

“Intenté reunir tanta información como pude sobre percreta, pero hay muy pocos datos disponibles más allá de lo que me han dicho los médicos”, comentó. “Al final del día, no había investigación o planeación que me preparara para lo que iba a experimentar”.

La placenta percreta ocurre cuando una placenta crece dentro del útero.

“(Es) cuando tienes una placenta mórbidamente adherida que ha crecido un poco demasiado lejos de su límite habitual y de la capa superficial del útero, y ahora se las ha arreglado para entrar de alguna manera en el músculo del útero”, explicó el doctor Sam Bender, profesor clínico asistente de obstetricia, ginecología y ciencias reproductivas en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.

“Cuando hay una placenta que es inherentemente de esta manera, corres un riesgo tremendo de necesitar una histerectomía en el momento del parto”. De acuerdo con un estudio publicado en la National Library of Medicine, la incidencia de esta condición es de 1.7 embarazos entre cada 10,000.

Un complicado parto

En el caso de McCusker, la placenta creció a través de la "parte inferior del útero", lo que significa que sus principales vasos sanguíneos estaban involucrados. También se deslizó a través de la pared frontal del útero e invadió la vejiga, que descansa frente a la parte inferior del útero. Gracias a varias imágenes, el equipo supo que McCusker podría experimentar un sangrado excesivo y requerir una cirugía de reparación de la vejiga.

Debido a esas complicaciones, los médicos debían decidir cuándo dar a luz al bebé. Si esperaban demasiado y mamá se ponía de parto, podía sangrar durante el parto. Si dieron a luz demasiado pronto, el bebé podría necesitar demasiadas intervenciones en la unidad de cuidados intensivos neonatales.

El 6 de enero, un equipo multidisciplinario se preparó para tratar el parto. Según la ubicación de la placenta de McCusker, Bender hizo la incisión uterina sobre la placenta para sacar al bebé y luego cerró el útero antes de extraer la placenta. Esto ayuda a prevenir la pérdida excesiva de sangre.

La complicada cirugía pudo controlar el riesgo de hemorragias y McCusker dio a luz a un niño. “Sostuve al bebé, pero no me sentía lo suficientemente fuerte para sostenerlo por mucho tiempo, y solo pesaba 4 libras”, dijo. “Eso fue desgarrador para mí, pero fueron muchas emociones. Pero estoy tan feliz y aliviada de ver a Kellen. No podía mirar a mi esposo sin llorar porque sabía por lo que estaba pasando, preocupado por nosotros”.

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