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¿Por qué los ambientalistas se oponen al nuevo plan paraguayo contra el cambio climático?

La iniciativa de 90 millones de dólares promete beneficiar a 17,000 familias campesinas. Entre otras cosas propone el monocultivo de eucaliptos, una especie de rápido crecimiento que tiene un altísimo consumo de agua en un país con una de las mayores tasas de deforestación del mundo.
9 Abr 2018 – 04:16 PM EDT
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El nuevo proyecto beneficiará a hogares de la región oriental del Paraguay, donde se prevé que el cambio climático reducirá la productividad de siembras como algodón, frijol, yuca, sésamo y caña de azúcar. Crédito: FAO/N.Granada/ Scidev.net

Un proyecto internacional cuyo fin es mitigar el impacto del cambio climático en la vida de 17,000 familias campesinas altamente vulnerables de Paraguay está recibiendo severas críticas de organizaciones ambientalistas, forestales e indígenas de ese país.

Las organizaciones argumentan que el proyecto ha descuidado los impactos sociales y ambientales negativos.

El proyecto se llama Proeza (por las siglas de pobreza, reforestación, energía y cambio climático) y beneficiará a hogares de la región oriental del Paraguay, donde se prevé que el cambio climático reducirá la productividad de siembras como algodón, frijol, yuca, sésamo y caña de azúcar.

Fue elaborado por la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Será financiado por el llamado Fondo Verde para el Clima (FVC) y el gobierno paraguayo, y dirigido, ejecutado y supervisado en conjunto por seis agencias gubernamentales paraguayas encargadas de agricultura, temas forestales, protección social, pueblos originarios, medio ambiente y energía.

El monto total del proyecto es de $90 millones por cinco años, después de los cuales el gobierno prevé mantener los incentivos a la reforestación.

Según se ha explicado, el proyecto dará asistencia técnica e incentivos a medianos campesinos para que adopten prácticas agroforestales sostenibles. También entregará crédito subsidiado para que se planten 48,000 hectáreas de árboles, 24,000 de ellas con especies de rápido crecimiento.

Paraguay tiene una de las mayores tasas de deforestación del mundo (más de 290,000 hectáreas al año –o 1.5% al año– entre 2005 y 2015) debido a la tala de árboles para sembrar soja, que contribuye con más de 60% al cambio del uso del suelo en la región oriental del país y a la ganadería.

Según el proyecto, la reforestación logrará la autosuficiencia energética campesina –alrededor del 95% de las familias más pobres usan leña para cocinar– y aumentará sus ingresos con la venta de leña. Es este componente de Proeza el que está siendo duramente criticado por las organizaciones no gubernamentales.

La Coalición Global Forestal, con alrededor de 100 miembros en 60 países, cuatro miembros en Paraguay y 17 en América Latina, dijo en un comunicado de prensa que, entre otras cosas, Proeza “expandirá las plantaciones de monocultivo para producir bioenergía barata para la industria de la soja”.

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Para Luis Rojas Villagra, economista del Centro de Estudios y Promoción de la Democracia, los Derechos Humanos y la Sostenibilidad Ambiental, “la propuesta de implementar monocultivos de eucaliptos y otras especies forestales en fincas campesinas va en contra de lo que éstas necesitan para lograr su autonomía y sustentabilidad: diversificación productiva, con énfasis en la producción de alimentos para el autoconsumo, primero, y luego para la renta; y el manejo ecológico de la finca, reduciendo al mínimo los insumos externos como los agroquímicos”.

Desde el punto de vista ambiental, dice Rojas, los monocultivos de eucaliptos y similares desertifican por su altísimo consumo de agua, contaminan al ser fumigados y afectan la biodiversidad.

Es poco creíble que el gobierno actual del Paraguay…que ha eliminado por decreto de 2017 las últimas barreras a la deforestación…esté preocupado por el cambio climático y sus consecuencias. Más bien parece estar ocupado en proveer materia prima barata al sector que ha favorecido


”Es poco creíble que el gobierno actual del Paraguay…que ha eliminado por decreto de 2017 las últimas barreras a la deforestación… esté preocupado por el cambio climático y sus consecuencias. Más bien parece estar ocupado en proveer materia prima barata al sector que ha favorecido, como cuando vetó el impuesto a la exportación a los granos de soja que había sido aprobado por el Congreso en 2013”, dice.

En respuesta a las críticas, Claudia Martínez, viceministra de la Secretaría Técnica de Planificación, señaló: "Proeza ha sido preparado en conformidad con las salvaguardas ambientales y sociales del Fondo Verde para el Clima. El proyecto se ha consultado con las partes interesadas y afectadas, incluyendo comunidades indígenas y campesinos. Durante la implementación se realizarán consultas permanentes”.

“El uso de especies de rápido crecimiento se implementará siguiendo las mejores prácticas, y la promoción de plantaciones forestales no está asociada a la producción de bioenergía para un sector específico pero sí busca paliar la deforestación causada por la demanda de bioenergía de fuentes no sostenibles”, añadió.

En su opinión, el proyecto tiene “un alto potencial de replicabilidad a nivel nacional e incluso regional “ya que la propuesta se ha desarrollado en base a experiencias exitosas en el país”, concluyó Martínez.

Este texto fue publicado en Scidev.net
*Scidev.net es una red internacional de comunicadores que publican noticias sobre ciencia y tecnología para el desarrollo global.
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