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Tres años después de María, Trump envía un paraguas a Puerto Rico

"Puerto Rico debería solicitar y fiscalizar sin complejos ni titubeos la ayuda recién prometida. Esto podría evitar que FEMA y otras agencias la malgasten".
Opinión
Miembro del equipo de Política de Univision.
2020-10-12T15:01:31-04:00
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Donald Trump lanzando papel en Guaynabo, Puerto rico, luego del azote del huracán María. 3 de octubre de 2017. Crédito: AFP Contributor/AFP via Getty Images

Rincón – De repente, a pocas semanas de las elecciones, al presidente Trump se le ha despertado el interés por Puerto Rico. Por pudor, me ahorro el uso de palabras como afecto, amor, compasión. Trump realiza una campaña desesperada por congraciarse con los puertorriqueños, luego de barrer el piso con ellos durante más de tres años de gobierno. Se lo debemos a la pujanza electoral de los boricuas en estados que necesita ganar el mandatario tales como Pensilvania y la Florida, sobre todo la Florida.

Con ese fin evidente, Trump descongeló cerca de $13 mil millones en ayuda federal a Puerto Rico que él mismo había ordenado retener a pesar de que son fondos que aprobó el Congreso hace dos años y a pesar de que la isla los necesitaba desesperadamente para recuperarse un poco de la devastación que le causaron los huracanes Irma y María en 2017.

Trump suele mentir afirmando que su gobierno ha remitido más de $90 mil millones a Puerto Rico para la recuperación. Pero aquí en la isla la gente conoce en carne propia la magnitud y los efectos de esa fábula. Además de matar a casi tres mil puertorriqueños, María dejó pérdidas materiales en la isla estimadas precisamente en esa cantidad. Para paliarlas, el Congreso aprobó menos de la mitad, es decir, $42 mil millones. Y de esos fondos aquí solo han llegado $26 mil. Los puertorriqueños bien avisados dominan las cifras reales. Y en San Juan ha surgido una tonada que satiriza “el paraguas que ha enviado Trump para las lluvias de María” tres años después.

Puerto Rico sobrevive gracias a la caridad de unos puertorriqueños hacia otros, las remesas que envían a sus familiares millones de personas que se han refugiado en la metrópoli, incluyendo 200,000 después de María, la creatividad de muchos y en última instancia la limitada, aunque valiosa, asistencia federal. El gobierno de Washington presuntamente despachará los fondos que destrabó Trump para mejorar el moribundo sistema eléctrico y la infraestructura general de la isla.

En algunos pueblos he visto cómo funcionarios de la Administración Federal de Emergencias, FEMA por sus siglas en inglés, inscriben en parques y plazas a damnificados que solicitan asistencia. Pero a las autoridades de la isla les convendría reclamar de inmediato los fondos prometidos antes de que Trump pierda el entusiasmo. Quisiera creer que, por eso, la gobernadora “lame duck” o saliente, Wanda Vázquez, quien reemplazó a Ricardo Rosselló en 2018, apoyó públicamente a quien tanto ha menospreciado a Puerto Rico. A veces es mejor presumir que la gente actúa mal, pero con buenas intenciones.

Puerto Rico debería solicitar y fiscalizar sin complejos ni titubeos la ayuda recién prometida. Esto podría evitar que FEMA y otras agencias la malgasten. No exagero, sino que me baso en una nueva auditoría del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional la cual concluyó que solo el 37% del agua y 45% de los alimentos que envió FEMA a Puerto Rico llegaron a sus puntos de distribución después de María; y que la agencia perdió de vista 4,462 productos valorados en $257 millones. Se atribuye el increíble desliz al mal manejo de la agencia.

El historial de desprecio de Trump hacia Puerto Rico es o debería ser harto conocido. Tras el azote de María demoró dos semanas en visitar la isla y cuando lo hizo dejó una estela humillante de papel toalla entre los azorados puertorriqueños. Días después, declaró insensiblemente: “Puerto Rico sobrevivió los huracanes, ahora enfrenta una crisis financiera mayormente creada por ellos (sic) mismos”.

Al cabo de semanas, cuando la isla aún se debatía entre la vida y la muerte, Trump manifestó: “No podemos mantener a FEMA, los militares y el Personal de Auxilio, que han sido extraordinarios, en Puerto Rico para siempre”. Después inventó que la isla había recibido “más dinero que Texas y la Florida combinados”. Hasta principios de este año acusaba a Puerto Rico de ser “uno de los lugares más corruptos de la Tierra”, tal vez proyectándose porque él ha transformado a Washington en eso precisamente. Y en agosto Miles Taylor confirmó que Trump había expresado interés en vender a Puerto Rico y mostraba desdén por los puertorriqueños. Taylor fue jefe de gabinete de la entonces Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.

Si de prontoTrump expresa interés en Puerto Rico es porque necesita con urgencia el voto de los puertorriqueños en Estados Unidos y la complicidad de funcionarios en la isla. Su interés es puramente transaccional, como casi todo en su vida pública. Es una apuesta segura que su interés se desvanecerá tan pronto pasen las elecciones, gane o pierda el presidente descarriado. Su posible derrota sin duda sería lo mejor que pudiera pasarle a Puerto Rico.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


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