Les pagó a dos sicarios para matar a un abogado en Texas: ya lo extraditaron para responder por el crimen

Ramón Villarreal Hernández, quien ha sido señalado como un operador financiero del Cartel de los hermanos Beltrán Leyva, fue extraditado a Texas este domingo, informó la Fiscalía de México.
El gobierno de Estados Unidos asegura que Villarreal Hernández, alias ‘El Mon’, estuvo implicado en el homicidio de Juan Jesús Guerrero Chapa, abogado del exjefe del Cartel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén. El defensor legal fue abatido a tiros al salir de un centro comercial de Texas en 2013.
‘El Mon’ y su hermano Rodolfo Villarreal Hernández, otro cabecilla del clan de los Beltrán Leyva, contrataron a dos sicarios que balearon fatalmente a Guerrero Chapo, según la acusación federal interpuesta en una corte de Texas.
Durante la noche del 22 de mayo de 2013, el abogado fue asesinado a tiros dentro de su camioneta Range Rover que estaba en el estacionamiento del centro comercial Southlake Town Square.
Documentos judiciales indican que una camioneta Toyota Sequoia se detuvo detrás del vehículo del defensor legal y luego un hombre armado bajó, se acercó a la ventana del conductor y le disparó en múltiples ocasiones. El abogado murió en el lugar tras recibir varios disparos en el tórax.
Su esposa, quien lo acompañaba, resultó ilesa. Los pistoleros los habían seguido por varios meses.
La Fiscalía General de la República (FGR) de México indicó en un comunicado que Ramón Villarreal Hernández es requerido en EEUU “por su probable responsabilidad en los delitos de acecho interestatal y de asociación delictuosa para cometer un homicidio”.
Agotada la etapa del procedimiento de extradición, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de ese país dio luz verde para que este narcotraficante fuese entregado a funcionarios de EEUU. Eso ocurrió este domingo en el aeropuerto de la Ciudad de México.
El Cartel de los Beltrán Leyva protagonizó hace unos años una sangrienta guerra contra el Cartel de Sinaloa. Fue su brazo financiero hasta el arresto y muerte de sus dos jefes, Alfredo y Arturo Beltrán Leyva, primos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Ahora es una organización que se dividió en varios grupos armados que operan en Guerrero y el centro de México.
Así se planeó el homicidio del abogado
El asesinato del abogado de Cárdenas Guillén es considerado uno de los pocos actos violentos que han ordenado los carteles mexicanos en EEUU. Típicamente, operadores de bajo perfil se enfocan en entregar droga y recoger ganancias. Evaden a toda costa asesinatos, secuestros y enfrentamientos.
La víctima defendió legamente durante varios años a miembros de alto nivel del Cartel del Golfo, incluyendo a Cárdenas Guillén, quien cumple una sentencia de 25 años en una prisión estadounidense.
Tres mexicanos ya recibieron severos castigos por el asesinato del abogado. A finales de 2016, un juez de Texas les impuso a José Luis Cepeda Cortés y a su primo Jesús Gerardo Ledezma Cepeda una condena a dos cadenas perpetuas a cada uno de ellos. El hijo del segundo, Jesús Gerardo Ledezma Campero, fue sentenciado a 20 años de prisión.
Según la evidencia presentada en sus juicios, los tres viajaron de México a Texas entre marzo de 2011 y el 22 de mayo de 2013 “con la intención de matar, herir, hostigar e intimidar al señor (Guerrero) Chapa”. Posteriormente, trataron de destruir la evidencia.
La Fiscalía de EEUU indicó que los tres actuaron por órdenes de Rodolfo Villarreal Hernández, apodado ‘El Gato’, quien les pagó para matar al abogado. Ahora se sabe que también su hermano participó en el crimen. Ellos trataban de vengar la muerte de su padre, de acuerdo con la investigación.
Los tres implicados siguieron al jurista durante varios días, tomando fotos de su casa en Southlake y de sus vehículos. También colocaron cámaras de videos en varias partes de su vecindario para tenerlo vigilado, colocaron localizadores en todos sus autos y alquilaron coches para no despertar sospechas.
Después, los hermanos Villarreal Hernández enviaron a dos sicarios de México a Southlake para matarlo. Los pistoleros han sido identificados por sus apodos, ‘Clorox’ y ‘Capitán’. Uno de ellos manejó la Sequoia que se detuvo detrás de la camioneta de la víctima y el otro se le acercó para balearlo.
Este caso fue investigado por varias agencias del orden, incluyendo la Administración para el Control de Drogas (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).