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El presidente de Filipinas confiesa haber agredido sexualmente a una empleada doméstica

El siempre controversial Rodrigo Duterte dijo que en su adolescencia tocó los genitales de la chica que trabajaba en su casa, aunque después del revuelo causado por la confesión el portavoz de la presidencia filipina aseguró que era una broma.
31 Dic 2018 – 03:16 AM EST
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Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas Crédito: Bullit Marquez/AP

El deslenguado y siempre polémico presidente filipino Rodrigo Duterte contó este domingo cómo, de adolescente, hizo tocamientos a una empleada del hogar, lo que provocó indignación e hizo que las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres lo acusaran de hacer apología de las agresiones sexuales.

En un acto público, Duterte, de 73 años, relató una confesión a un cura en el instituto, según la cual había entrado en la habitación de su empleada doméstica cuando ésta dormía.

"Levanté la manta [...] Intenté tocar lo que estaba en la ropa interior", relató en un discurso. "Estaba tocando cuando se despertó y me fui", añadió.

Después afirmó haber confesado al sacerdote que había vuelto a la habitación de la mujer y había intentado agredirla de nuevo. Luego, dijo que el religoso lo tocó a él durante la confesión.

El partido Gabriela, que defiende los derechos de las mujeres, pidió la dimisión del presidente, denunció sus "repulsivas" palabras y le acusó de haber reconocido un intento de violación.

"Una penetración con el pene no es la única constitutiva de violación. Si es con un dedo o un objeto, igualmente es una violación", declaró Joms Salvador, secretario general de Gabriela.

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El presidente filipino presionó a una joven a darle un beso en la boca durante un acto público


Ante la lluvia de críticas, el portavoz de Duterte, Salvador Panelo, afirmó el domingo que el presidente había "inventado" y "exagerado" la historia que catacterizó como “una anécdota ridícula” con la que buscaba "dramatizar el hecho del abuso sexual que se les infligió a él y a sus compañeros cuando estaban en la escuela secundaria".

Duterte y sus consejeros, después de sus declaraciones polémicas sobre mujeres, suelen relativizar y calificarlas de broma, o decir que fueron sacadas de contexto.

A principios de este mes, durante una ceremonia de premiación, el mandatario filipino dijo que consumió marihuana para mantenerse despierto en una reunión regional, pero después dijo que fue una broma.

El gobernante filipino se ha comparado con Hitler, aunque más tarde se disculpó por el comentario. También llamó “hijo de puta” al ex presidente estadounidense Barack Obama y le dijo que se fuera “al diablo".


Probablemente el comentario más controversial fue en 2016 cuando se refirió a la violación y asesinato de una misionera australiana en 1989, lo que enturbió las relaciones con Canberra.

Criticado duramente por la iglesia católica por su sangrienta campaña contra el tráfico de droga, Duterte calificó a la iglesia católica como "la institución más hipócrita", al afirmar el sábado que sus compañeros de clase y él fueron víctimas de agresiones sexuales.

Desde que Duterte llegó al poder hace dos años, la policía dijo haber matado a casi 5,000 personas durante operaciones antidroga, pero organizaciones de derechos humanos afirman que el balance es tres veces mayor.

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