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Arrestos

Bielorrusia intercepta un vuelo comercial con un avión militar para arrestar a un periodista crítico

Un vuelo de Ryanair que iba de Grecia a Lituania fue interceptado en espacio aéreo bielorruso bajo la excusa de un amenaza de bomba y obligado a realizar un aterrizaje forzoso en Minsk, donde arrestaron a un activista opositor. Estados Unidos y Europa condenaron el hecho y han pedido sanciones.
24 May 2021 – 04:04 AM EDT
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Bielorrusia obligó este domingo a un avión de la compañía Ryanair, en el que viajaba un activista de la oposición, a realizar un aterrizaje forzoso en la capital Minsk, un hecho que causó indignación en Europa y Estados Unidos que lo tildaron de "secuestro" y de "terrorismo de estado".

La televisión estatal bielorrusa reportó que Roman Protasevich, un periodista de 26 años crítico del régimen y exiliado en Polonia, fue detenido en Minsk luego de que el vuelo FR4978 fuera desviado de su ruta entre Atenas y Vilna, la capital de Lituania.

Según las imágenes del sitio web especializado flightradar24, el Boeing fue interceptado justo antes de la frontera con Lituania.

Las autoridades bielorrusas dijeron que el avión desvió su trayectoria por una "amenaza de bomba".

Sin embargo, el aeropuerto de Minsk, citado por la agencia de prensa oficial Belta, afirmó que la amenaza de bomba resultó ser "falsa" tras un registro del Boeing.

El presidente bielorruso Alexander Lukashenko dio personalmente la orden de que un avión de caza MiG-29 interceptara el avión tras esta amenaza, según su servicio de prensa.

El actual redactor jefe del medio opositor Nexta, Tadeusz Giczan, aseguró que agentes del servicio de inteligencia bielorruso estaban a bordo del avión.


"Cuando el avión entró en el espacio aéreo bielorruso, los agentes del KGB originaron una pelea con el personal de Ryanair", asegurando que había una bomba a bordo, según Giczan.

Una portavoz de los aeropuertos lituanos dijo a la AFP que recibió como primera explicación por parte del aeropuerto de Minsk un conflicto entre pasajeros y la tripulación.

La lituana Monika Simkiene, de 40 años, quien viajaba en el avión, comentó a la AFP que Protasevich "se volvió a la gente y dijo que enfrentaría la pena de muerte" en Bielorrusia. Acotó que cuando el activista entendió que sería detenido en Minsk, se vio "muy calmado".

Simpatizantes de la oposición bielorrusa llegaron al aeropuerto de Vilna con pancartas de apoyo a Protasevich.

A principios de la noche, el aparato pudo finalmente continuar su ruta a la capital de Lituania, país de la UE, donde aterrizó poco después, constató la AFP.

Condenas y pedidos de sanciones

Estados Unidos "condenó fuertemente" la detención, y el secretario de Estado, Antony Blinken, pidió la liberación de Protasevich.

"Condenamos enérgicamente el descarado y escandaloso acto del régimen de Lukashenko de desviar un vuelo comercial y detener a un periodista. Exigimos una investigación internacional y estamos coordinando con nuestros socios los pasos a seguir. Estados Unidos está con el pueblo de Bielorrusia", dijo el Departamento de Estado en su cuenta oficial de Twitter.

"Este acto chocante perpetrado por el régimen de Lukashenko puso en peligro la vida de más de 120 pasajeros, incluidos ciudadanos estadounidenses", dijo Blinken en un comunicado.

Los mandatarios de la Unión Europea (UE) abordarán el incidente y "posibles sanciones" durante una cumbre el lunes, indicó un portavoz del Consejo Europeo.

Varios países del bloque como Alemania y Lituania denunciaron los hechos, que el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, calificó de "terrorismo de Estado" y para los que pidió "sanciones inmediatas".

Francia convocó al embajador bielorruso en París. Y el Reino Unido, que ya no forma parte de la UE, también advirtió a Lukashenko que se expone a "graves consecuencias".

La OTAN, por su parte, pidió una "investigación internacional" por este "incidente grave y peligroso", indicó su secretario general, Jens Stoltenberg.

En su primera reacción oficial tras el incidente, el ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia insistió en que el país había actuado legalmente y acusó a los occidentales de intentar hacer política.

"No hay duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes (...) cumplieron plenamente las normas internacionales establecidas", dijo el portavoz del ministerio, Anatoly Glaz, en un comunicado, en el que acusó a Occidente de "politizar" la situación.

"Se están haciendo acusaciones infundadas", aseguró.

Un presidente con 25 años en el poder

En el poder desde 1994, Lukashenko se enfrentó en 2020 a un histórico movimiento de protestas que reunieron durante varias semanas a decenas de miles de personas en Minsk y otras ciudades de este país de unos 9.5 millones de habitantes.

Pero la movilización fue perdiendo fuelle ante las detenciones masivas, la violencia policial que ha dejado al menos cuatro muertos, el continuo acoso judicial y las fuertes condenas a prisión a activistas y periodistas.

En noviembre, los servicios de seguridad bielorrusos (KGB), herederos del período soviético, incluyeron a Protasevich, de 26 años, y al fundador del medio opositor Nexta, Stepan Putilo, en una lista de "individuos implicados en actividades terroristas".

Nexta, fundado en 2015, desempeñó un papel clave en la reciente ola de protestas contra la reelección en 2020 de Lukashenko, difundiendo consignas y compartiendo fotos y videos de las manifestaciones y de la represión.

La opositora bielorrusa en el exilio en Lituania, Svetlana Tijanóvskaya, condenó inmediatamente la detención de Protasevich y aseguró que el activista se enfrenta a la "pena de muerte".

Esta ex república soviética es el único país de Europa que aplica la pena capital.

La represión de las autoridades bielorrusas le valieron a Minsk una batería de sanciones occidentales que condujeron a Lukashenko a aproximarse a su homólogo ruso, Vladimir Putin

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