Más de 6,000 personas de la caravana migrante consiguieron llegar a Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos. Los últimos llegaron desde Mexicali donde se alojaban en tres albergues diferentes: uno era un estacionamiento de vehículos, otro un viejo albergue semidestruido y el tercero un pequeño albergue en la ciudad. A su llegada a Tijuana se refugiaron en las instalaciones del Estadio Benito Juárez donde ya se alojaban miles de migrantes centroamericanos. Las condiciones de hacinamiento e insalubridad en las que ya se encontraban, se agravaron por las lluvias torrenciales que convirtieron el caótico lugar en un completo lodazal donde apenas quedó nada sin empaparse.