Favores políticos a donantes de Fundación Clinton continúan ensombreciendo la campaña demócrata

La relación de Hillary y Bill Clinton con dos influyentes hermanos empresarios nigeriano-libaneses promotores de un proyecto en el que se interesó el Departamento de Estado siembra dudas, según grupos conservadores, sobre si hubo tráfico de influencias en el entorno de la candidata presidencial demócrata.
El grupo conservador Citizens United obtuvo un documento que muestra que el Departamento de Estado se interesó en 2013 en adquirir un terreno para un nuevo consulado estadounidense en Lagos, la capital de Nigeria, en un complejo urbanístico en la costa conocido como Eko Atlantic.
El proyecto estaba gestionado por el empresario de origen libanés Ronald Chagoury, fundador de una compañía creada junto con su hermano Gilbert Chagoury, donante de la Fundación Clinton, según reveló Fox News. De hecho, según la página web de la Fundación se encuentra entre quienes aportaron entre 1 y 5 millones de dólares.
El nombre de los hermanos Chagoury salió a la luz la semana pasada cuando el grupo Judicial Watch, también de corte conservador, publicó una serie de mails en los que un ejecutivo de la Fundación Clinton pide en 2009 a dos altos funcionarios del entorno de Hillary Clinton en el Departamento de Estado que pusieran a Gilbert Chagoury en contacto con su "persona de peso" en Líbano.
La reunión no llegó a celebrarse, igual que el terreno en Nigeria finalmente no fue adquirido, pero ambos grupos cuestionan si la Fundación sin ánimo de lucro buscó beneficiarse –o ayudar a alguno de sus simpatizantes– de sus conexiones en el Departamento de Estado.
Clinton ya había dejado su cargo cuando el Departamento de Estado mostró en una carta su interés en comprar la propiedad en 2012, aunque según señala CNN el lugar seleccionado como posible candidato para el consulado estadounidense se identificó en 2012 cuando todavía era secretaria de Estado.
No está claro si Clinton estaba al tanto de este proyecto. Desde el Departamento de Estado, el portavoz Mark Toner señaló que han evaluado varias propiedades en los últimos años y, de hecho, continúan buscando un emplazamiento.
"Este proceso no está ligado de ninguna manera a preferencias individuales o presiones, está gestionada por una persona… está gestionado por profesionales de la industria inmobiliaria", señaló en declaraciones recogidas por la cadena.
La organización Citizens United pone en entredicho la relación de los Clinton con estos empresarios y recuerda que el expresidente Clinton acudió a la inauguración del complejo Eko Atlantic en 2013.
“Un mes después de que Bill Clinton visita el proyecto de Gilbert y Ronald Chagoury en Nigeria, el Departamento de Estado quiere comprar ese mismo terreno. ¿Quién puede tener tanta suerte? Uno de los grandes donantes de la Fundación”, señaló en un comunicado.
Desde la campaña de Clinton rechazaron estas acusaciones y apuntan al grupo de intentar “crear algo de la nada”, al tiempo que insisten que la carta fue escrita después de que Clinton dejara el Departamento de Estado y no hubo ningún acuerdo.
La polémica sobre el posible tráfico de influencias con la Fundación Clinton se produce mientras comienzan a escucharse algunas voces que cuestionan el futuro de la organización si Clinton es elegida presidenta como hizo el diario liberal Boston Globe en un editorial.
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