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CityLab Medio Ambiente

Esta nueva barrera contra inundaciones intentará salvar a Venecia de su fin

Finalmente se está terminando la construcción de un sistema que busca proteger a la ciudad de la marea alta. Pero, ¿funcionará realmente?
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9 Abr 2018 – 03:45 PM EDT
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Un grupo de peatones usa la pasarela para caminar sobre el área inundada de la Plaza de San Marcos. Crédito: MARCO BERTORELLO/AFP/Getty Images

VENECIA— En un día gris de finales de invierno, una capilla convertida en el Arsenal —el puerto medieval de la ciudad— bullía de actividad al estilo del siglo XXI. Ingenieros estaban mirando pantallas que mostraban tablas, mapas y gráficas sobre las condiciones de la laguna Veneciana.

Este era el centro de control MOSE: el corazón operativo de un megaproyecto para proteger Venecia, una de las ciudades más bellas del mundo, de las aguas que la amenazan. Durante casi siete años los ingenieros aquí han elevado y bajado puertas virtuales, recopilando una serie de datos que se trasmitirán a un modelo sofisticado de pronósticos.

Extendida a lo largo de docenas de islas y conocida como la 'ciudad flotante' debido a sus canales y puentes ubicuos, Venecia ha estado luchando contra la inundación durante siglos. Pero debido a la subsidencia natural y a las mareas más altas causadas por el calentamiento global, hoy la ciudad es más vulnerable que nunca antes a las inundaciones. Entonces una barrera contra inundaciones parecía ser la manera obvia de impedir desastres futuros.


MOSE (siglas de Modulo Sperimentale Elettromeccanico, o Módulo Experimental Electromecánico) es una de las obras de ingeniería civil más grandes y más preeminentes del mundo. Consiste en una serie de compuertas retractiles que se extienden a lo largo de la desembocadura de las tres ensenadas de la laguna. Las compuertas se pueden elevar por orden para crear un muro temporal contra el mar si acaso hay marea alta.

El trabajo en MOSE empezó en 2003 pero después de un sinnúmero de atrasos (causados por un escándalo de corrupción y asuntos financieros y estructurales), la barrera todavía no se ha completado. Sin embargo, la parte difícil ya se terminó y la mayoría de los ingenieros en el centro de control sentían confianza de que el sistema pronto se volverá totalmente operativo. Pero dado que la última etapa de construcción ha estado estancada durante meses, nadie puede decir exactamente cuánto estará operativo. Algunos dijeron más tarde en este año, mientras que otros dijeron que 2020 se acercaba más a la realidad.

Sin importar la fecha, todavía no está claro si MOSE protegerá la ciudad adecuadamente. Y si la protege, ¿por cuánto tiempo lo hará?

MOSE opera basado en el principio de compuertas de marea. Cuando hay clima tranquilo, las compuertas se llenan de agua y quedan en el fondo del mar. Pero cuando amenaza la marea alta, el agua es expulsada por aire comprimido que se bombea dentro de las compuertas. Esto permite que las compuertas salgan a la superficie y que prevengan que la marea entre a la laguna. Cuando el oleaje baja, las compuertas de nuevo se llenan de agua y vuelven a hundirse hasta el fondo.

“La idea es bastante vieja”, dijo Paola Malanotte-Rizzoli, oceanógrafa física en el Instituto de Tecnología de Massachusetts que estuvo entre el panel de expertos reclutados por el gobierno italiano para crear una solución. “Tenemos pruebas de que ingenieros venecianos dibujaron aparatos mecánicos para contener el mar ya en el siglo XVIII”.


Sin embargo, desde su comienzo un aluvión de críticas ha acompañado al proyecto. Grupos ambientales dijeron que la construcción de la barrera pondría en peligro al ecosistema marino a tan punto que no se podría reparar, mientras que algunos políticos se opusieron a la idea, diciendo que había demasiados elementos desconocidos y que se necesitaba una solución más barata.

Ahora bien, muchos expertos coinciden en que cuando se eleven los niveles del mar, no hay muchas alternativas a construir una barrera para impedirlo… particularmente en una ciudad única como Venecia.

“El concepto detrás de MOSE es bueno” dijo Jörg Imberger, un ingeniero ambiental que da clases sobre Ciencias Oceánicas en la Universidad de Miami. “Pero todo depende de lo que uno quiere decir con ‘protección’”.

Según Imberger, si todo prosigue como se ha planeado, MOSE protegerá a Venecia de inundaciones como la catastrófica de 1966 durante las próximas tres décadas, aproximadamente. “Pero dado que las compuertas se levantan cuando sólo cuando la marea llega a 110 centímetros [aproximadamente 43 pulgadas], MOSE no evitará el fenómeno de inundación que ya ocurre en zonas bajas como la Plaza de San Macros, la cual se inunde cuando la marea llega a más de 80 centímetros [aproximadamente 32 pulgadas]”, dijo. “Esto se podría reparar potencialmente al levantar la barrera cuando haya mareas más bajas. Pero esto tendría algunos efectos adversos en la salud de la laguna”.


El pronóstico se vuelve más nebuloso cuando se trata del largo plazo. Al igual que muchas otras cosas en este mundo, la efectividad de MOSE depende de cuánto dióxido de carbono se bombea a la atmósfera a lo largo de las próximas décadas, y por ende qué tan rápido suben los niveles del mar durante la vida útil de 50 años de la barrera. Además, declaraciones opuestas sobre sus parámetros de ingeniería hacen poco para aclarar el asunto.

Según un reporte de la UNESCO de 2011, durante la fase de planeación se consideraron tres escenarios en cuanto al aumento del nivel del mar para el año 2100: 16 centímetros (aproximadamente 6 pulgadas), 22 centímetros (aproximadamente 9 pulgadas) y 31.4 centímetros (aproximadamente un pie). Los planificadores sugirieron usar la segunda posibilidad, la cual fue llamada “prudente”. Pero hoy día, incluso la tercera posibilidad parece ser demasiado optimista. Con el cambio climático, se proyecta que el Mar Mediterráneo subirá hasta en cinco pies antes de 2100, lo cual significa que el nivel promedio de agua podría llegar al umbral crítico de 110 centímetros. Esto haría que Venecia sufriera inundaciones dos veces al día durante marea alta.

Malanotte-Rizzoli sostiene que MOSE fue diseñado para lidiar con aproximadamente dos pies de elevación en el nivel del mar. El Consorcio de Nueva Venecia —la organización encomendada con la tarea de construir la barrera— dice lo mismo, pero este reportero no pudo encontrar pruebas de que esto fuera una meta oficial del proyecto.

El asunto de las capacidades es crítico, no sólo porque el aumento en el nivel del mar hace que marejadas más altas sean más probables, sino también porque tal aumento requerirá que la barrera se active más frecuentemente, lo cual aumentará el desgaste de una estructura que ya ha experimentado problemas estructurales.

Según Georg Umgiesser, un oceanógrafo en el Instituto de Ciencias Marinas del Consejo Nacional de Investigaciones de Italia, con 50 centímetros (aproximadamente 20 pulgadas) de aumento en el nivel del mar, la barrera estará cerrada una vez al día, mientras que con 70 centímetros (aproximadamente 28 pulgadas), las compuertas estarán cerradas con más frecuencia de lo que estará abiertas. “La clausura más frecuente no sólo implica costos adicionales de mantenimiento", dijo Umgiesser, "sino también una dependencia cada vez más creciente en la barrera para evitar inundaciones severas. Un fallo podría ser devastador”.

A lo largo de los años, se han propuesto alternativas a un dique marino. Algunas ofrecieron ajustes al sistema de las puertas móviles mientras que otras involucraron diferentes tecnologías. Otras más sólo se centraron en hacer que las inundaciones fueran más soportables. Sin embargo, hasta la fecha ninguna han tenido apoyo generalizado.

En todo caso, parece claro que Venecia —al igual que muchas otras ciudades costeras alrededor del mundo— no será salvada sólo por una barrera.

“Desde la inundación de 1966, la frecuencia de las mareas de más de 110 centímetros se ha duplicado cada década”, dijo Giovanni Cecconi, el jefe del Laboratorio de Resistencia de Venecia. “Y esta tendencia no terminará en el futuro próximo, incluso si se redujeran las emisiones”.

“Es obvio que MOSE no es una varita mágica", contunuó Cecconi, "sino algo que nos permitirá tomar tiempo para descifrar e implementar nuevas maneras de lidiar con una crisis”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com

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