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Colombia

Rescató a más de 95,000 niños de alcantarillas y basureros y ahora sabe que su labor se incrementará debido a la pandemia

Jaime Jaramillo, conocido en Colombia como papá Jaime, recibió junto a la madre Teresa de Calcuta, el Premio Mundial de la Paz y la Justicia. Hace más de 40 años que trabaja en beneficio de los menores que viven en estado de indigencia en ese país sudamericano.
25 Oct 2020 – 10:49 AM EDT
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Un reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas de Colombia (DANE), informó que la pobreza en el país durante 2019 aumentó a 35.7% de la población, lo que equivale a decir que más de 18 millones de ciudadanos viven en la pobreza.

De acuerdo Mauricio Cárdenas, quien fue ministro de Hacienda durante el gobierno de Juan Manuel Santos, estas cifras son preocupantes debido a que no reflejan aún los efectos de la pandemia.

Este año las cifras de pobreza y desigualdad van a empeorar mucho más por el covid-19, lo que hace imperativo tomar las medidas correctas para enderezar el rumbo", señaló Cárdenas.

Precisamente son estos números los que, para Jaime Jaramillo, mejor conocido como ' papá Jaime', pudieran incrementar las cifras de niños que actualmente viven en las calles del país, un problema social por el que ha trabajado su vida entera.

La historia de 'papá Jaime'

Jaime Jaramillo es un ingeniero geofísico y de petróleos colombiano que en la década de 1970 comenzó a rescatar a los niños que vivían en las alcantarillas y basureros, donde pasaban meses entre ratas y excrementos humanos. La historia de Jaramillo, según sus propias palabras, se parte en dos en la tarde del 18 de diciembre de 1973, cuando fue testigo presencial de un horrible accidente que le cambió para siempre la vida.

"Yo estaba caminando en una calle de Bogotá cuando desde un carro tiraron la caja de una muñeca. En ese momento vi a una niña de la calle que se lanzó a la vía a recogerla. La pequeña tomó la caja entre sus manos y luego me miró fijamente y me sonrió llena de felicidad, pero en ese momento pasó un camión y en un instante la atropelló y la mató. Yo pude ver la caja de la muñeca volando por el aire y al caer al piso me di cuenta que estaba vacía. Yo quedé petrificado y me sentí tan vacío como esa caja y, en ese momento, comprendí que mi misión era hacer algo por esos niños", dijo Jaramillo a Univision Noticias.


A partir de ese momento, Jaramillo, que ya sabía sobre la vida que muchos niños y jóvenes llevaban dentro de las alcantarillas del país, comenzó a buscarlos para intentar rescatarlos y ofrecerles una vida digna.


La misión de papá Jaime comenzó a crecer con el transcurso de los meses, teniendo repercusión a nivel gubernamental y encontrando apoyo entre la socidad civil. Jaramillo abrió entonces la Fundación Niños de los Andes, para tener un lugar a donde llevar los niños que rescataba y así ofrecerles techo, comida y educación.

Jaramillo indica que uno de los momentos más difíciles de su vida fue cuando tuvo que decidir a quién salvar entre dos niños que se hallaban al borde la muerte.


"Había caído un fuerte aguacero en Bogotá y las alcantarillas estaban inundadas. Yo tenía a dos niños en cada brazo evitando que cayeran a un caño de agua sucia y se ahogaran, pero no podía sostenerme. Abrí mis piernas e intenté mantenerme en pie al borde de un abismo y en ese momento sentí un dolor agudo en mi estómago y sabía que ya no podía sostenerlos más, o nos íbamos los tres o soltaba a un niño", indicó Jaramillo, señalando que le tocaba decidir a cuál de ellos soltar.

"Yo seguí haciendo fuerza, intentando que no resbalaran, pero en ese momento se me reventaron dos hernias y desafortunadamente me tocó soltar a uno", dijo, lamentando aquel suceso.

Más de 95,000 niños rescatados

De acuerdo a papá Jaime, una de las historias que más lo ha cautivado en sus años de trabajo social es la de Ruth Elena Camargo, una niña que rescató de una alcantarilla y que cuando la encontró, tenía quemaduras de cuarto grado en su rostro y otras partes del cuerpo.

"Ruth es uno de esos casos que te dan una lección de vida. A ella le hicimos 17 cirugías plásticas y se le transplantó la piel. Su quijada y su nariz estaban derretidas y había perdido una mano", adujo Jaramillo, indicando que tras las operaciones, Camargo logró recuperarse y con el tiempo se graduó como ingeniera de sistemas.



A pesar de las operaciones, el rostro de Camargo quedó con profundas cicatrices, pero esto no fue impedimento para realizarse como esposa y madre de familia.

"Ruth se casó y tuvo una niña que actualmente tiene 15 años. Es una mujer feliz y con una linda familia. Es una guerrera digna de admirar", dijo Jaramillo, indicando que es paradójico escuchar durante sus conferencias internacionales a tantas personas con condiciones físicas normales, que se victimizan por no lograr alcanzar la felicidad.

Actualmente son más de 95,000 personas rescatadas de las alcantarillas o de las calles por Jaramillo, que en 1991 ganó junto a la madre Teresa de Calcuta el Premio Mundial de la Paz y la Justicia.

"La madre Teresa me ayudó mucho con mi labor de rescate. Incluso, gracias a ella, se pudieron realizar nueve de las 17 cirugías a Ruth Elena. Yo tuve la fortuna de compartir vivencias personales con la madre Teresa en varios países. Era un ser luz", enfatizó Jaramillo.

Nominado al Premio Nobel de la Paz

El trabajo de Jaramillo trascendió fronteras y, en 1990 fue nominado al Premio Nobel de la Paz.

"El mejor premio a mi labor es la satisfacción de ver a tantas personas rescatadas con vidas exitosas. Cientos de ellos son profesionales que ayudan a otros que están en situaciones similares. Mi orgullo es saber que estos niños tuvieron una oportunidad para rehacer sus vidas y hallar un camino propio", dijo jaramillo.



Papá Jaime fue denominado en 2002 como embajador mundial de la paz en Seúl, Corea del Sur, y fue seleccionado como uno de los 5 líderes espirituales y humanistas del Siglo XX por el Premio Toyp Jóvenes Sobresalientes del Mundo

Un accidente en el que casi pierde la vida

En 2009 Jaramillo sufrió un aparatoso accidente mientras practicaba parapente.

"Yo venía disfrutando de mi vuelo cuando repentinamente apareció ante mis ojos una cuerda eléctrica de alta tensión. Intenté esquivarla, pero al hacerlo perdí el control del parapente y un viento fuerte me tiró de manera violenta contra un árbol, donde quedé incrustado de cabeza", dijo, indicando que sufrió una afasia cerebral y como resultado perdió el gusto, el olfato, el tacto, la sensibilidad en el cuerpo y parte de la visión.


Jaramillo presentó un aneurisma y un derrame epidural, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente varias veces.

"Siempre he creído que todos los seres humanos tenemos dos opciones: aceptar lo que nos sucede y verlo como una oportunidad de crecer, o pensar que lo sucedido es un castigo divino, y llenarnos de miedo y desesperación. Esta última opción dificulta nuestra vida y no nos deja avanzar", señaló.

Por ahora, papá Jaime sigue concentrando todas sus energías en su labor de vida: ayudar a quienes más lo necesitan.

"Lamentablemente y debido a la pandemia, veremos a más personas viviendo en las calles en nuestros países latinoamericanos. Muchos perdieron sus sustentos y esto significa que más niños quedarán desprotegidos", indicó, argumentando que siempre estará dispuesto a ayudar y hacer crecer su familia.

" Yo tengo dos hijos y dos nietos, pero además tengo casi 100,000 hijos de la calle y unos 300,000 nietos que me escriben y en donde me vean me gritan que soy su papá, el papá Jaime", finalizó entre risas.

Jaramillo es además escritor motivacional y conferencista internacional. Actualmente su fundación tiene cinco sedes en Colombia, donde se reciben alrededor de unos mil niños internos al año, fuera de muchos otros con los que se realiza trabajo en exteriores.

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