Tres jóvenes murieron durante la balacera en la Universidad Estatal de Michigan. Arielle Anderson, una de las víctimas mortales, soñaba con convertirse en cirujana. Brian Fraser estudiaba economía y era miembro activo de una iglesia y Alexandria Verner, de 20 años, era una destacada jugadora de softball y baloncesto. Entretanto, otras cinco personas siguen luchando por sus vidas. Una de ellas es Guadalupe Huapilla, una joven mexicoestadounidense cuyos padres son trabajadores agrícolas.
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