Holy Motors puede ser, si demasiado temor a equivocarnos, la película más controvertida de este año 2012. En general, todas las producciones del francés Leos Carax lo son (Pola X, Los Amantes del Pont-Neuf) pero esta se ha llevado la palma. Y no nos referimos a la Palma de Oro en Cannes, que fue a parar al film Amor, de Michael Haneke, sino a que Holy Motors dejó estupefactos a cuantos espectadores vieron la película, por ser una propuesta marciana, alegórica y surrealista, de lo más extravagante que pasó por el festival.