A sus 17 años, Mariana García ha podido sortear caminos difíciles gracias a su empeño en la Escuela Secundaria Santa Ana, en el condado de Orange, donde ha encontrado su pasión en los idiomas. La adolescente sueña con certificarse como traductora para trabajar en los tribunales y quiere su propia computadora para dejar de usar la de la biblioteca o la que le presta el distrito escolar.