¿Te imaginas recibir 50 mil dólares como bono navideño? Una empresa lo hizo posible
¿Quién no ama las fiestas de Navidad de su trabajo? La comida, los intercambios y los juegos son sinónimo de diversión asegurada.
A eso súmale un bono de fin de año de miles de dólares. ¿Te imaginas? No es una película, sucedió en la vida real.
¡Oh, blanca y millonaria Navidad!
Navidad se caracteriza por tener un sinfín de historias solidarias, que conmueven hasta al corazón más duro.
Muchas personas aprovechan la época decembrina para sorprender y dar regalos, así como lo hizo el empresario Edward St. John.
Durante la fiesta anual de la empresa de bienes raíces St. John Properties en Maryland, Estados Unidos, los empleados recibieron un sobre rojo del que nadie sabía la sorpresa que contenía.
Al abrirlo, los trabajadores se llevaron sus manos a la boca y sus ojos se agrandaron, al ver que dentro había bonos por vacaciones con un promedio de 50 mil dólares.
Stanley Ches, un técnico de mantenimiento que comenzó en la empresa en 1981, recibió más de 200 mil dólares, por su gran labor. En entrevista con el Washington Post comentó:
¡Regalos para todos!
Los bonos extremadamente altos de la empresa llamaron la atención, pues después de anunciarlos públicamente los teléfonos de St. John Properties no dejaban de sonar. ¿Quién no quisiera trabajar allí?
Los ejecutivos de la empresa de bienes raíces comenzaron a trabajar en la sorpresa de fin de año hace varios meses y juraron guardar el secreto.
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Querían hacer algo grande y sorpresivo para celebrar el haber alcanzado el objetivo que se propusieron en 2005: desarrollar 20 millones de pies cuadrados de espacio comercial, entre oficinas, tiendas y almacenas en ocho estados.
El objetivo se superó y duplicó la huella de la empresa, elevando su valor a 3.5 mil millones.
Gracias a ese esfuerzo, los líderes de la compañía pensaron que era importante reconocer el papel de todos los empleados y hacerlo basándose no sólo en el cargo si no en la capacidad, para demostrar que todos fueron importantes para lograr el objetivo.
«Quería celebrarlo y hacerlo significativo para las personas que lo lograron. Dirijo el bote, pero ellos son los que lo manejan», dijo St. John en un video.
En el mismo video se aprecia a varios empleados en estado de shock, llorando y abrazándose, sin creer lo sucedido.
Pero el dinero no fue el único obsequio. También les regalaron membresías a gimnasios, vehículos de propiedad de la empresa, servicios de fisioterapia y asesorías financieras.
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