Carta para explicarles a los niños que Santa Claus no existe
Qué momento difícil, todavía no me ha tocado, pero no creo que falte mucho para que también tenga que decirle a mi hijo que Santa Claus no existe como persona. Averigüemos la mejor forma de hacerlo cuanto antes ¡para que nuestros peques no nos tomen desprevenidos!
Esta costumbre pasa de generación en generación, y de algún modo creo que los padres nos vemos obligados a mentir a nuestros niños aunque es algo que no nos gusta hacer. En éste caso creo que son pocos los padres a los que no se les puede llamar mentirosos.
Una mentira que tiene mucho de ilusión, emoción y entusiasmo, pero justamente porque no es real es que se acaba. Tal como hemos comenzado con ella, nos tocará también ahora dar las explicaciones que corresponda. ¡Quizá luego de leer lo que sigue, tengamos simplificada la difícil tarea!
Carta para despedir a Santa Claus
A una madre y escritora del New York Times, Martha Martha Brockenbrough, le pareció que la mejor forma de explicarle a su hija que Santa Claus no existe era escribirle una carta. En realidad, la pequeña ya lo había descubierto por si misma, pero aun así a su madre le pareció que era necesario darle una explicación. Si bien no la transcribiré tal cual, te contaré lo que ella redactó para su niña.
La pequeña le preguntó a su madre si ella es Santa Claus, y por eso Martha comenzó su carta diciéndole a su hija que ella no lo es, y que ningún padre lo es. Pero a continuación le explicó que sí es la persona que cada 25 de diciembre le deja los regalos envueltos en bonitos papeles bajo el árbol de Navidad, y que también es la misma persona que llena los calcetines con deliciosos dulces.
En la carta la autora también le explica que es una tradición que ella repite, al igual que su madre hizo con ella cuando era una niña, y que por tanto, espera que ella (la niña) siguiera esa tradición para que cuando sea grande y una mamá, vea algún día en sus propios hijos la ilusión y la felicidad que produce la Navidad.
Por último, en la carta la autora le explica a su hija que ese personaje gordo, de barba blanca y vestido de rojo representa la ilusión y la fe, dos cosas que no se pueden tocar ni ver pero que existen. La fe es algo que se tiene para toda la vida, y nos ayuda a creer en nosotros mismos, en la familia, en los amigos, y en cosas abstractas que no se pueden tocar como, por ejemplo, el amor. Y por esa razón en el mundo hay millones de ayudantes de Santa Claus (los padres) para que la magia, la esperanza y la felicidad continúen de niño en niño.
¿Qué te parece esta forma de explicarle a tus niños que Santa Claus no existe como persona? Tal vez no sea necesario escribirle una carta a tus hijos para contarles la verdad, pero si sería bueno que les contaras lo que más importa de la Navidad: la unión familiar, la esperanza, y la fe, tres cosas que no se pueden tocar ni ver, pero que sí existen y que depende de ellos que siga existiendo.