De Argentina con amor: recordamos a Pepe Sánchez, el divertido espía del Sur
Mitad espía, mitad chanta (pícaro); mucho de vago y poco de valiente; pero cien por ciento divertido. Así es Pepe Sánchez, el entrañable James Bond argentino que se luce más por sus torpezas que por su seducción e ingenio.
A lo largo de la historia existieron toda clase de espías en el mundo de la literatura, cine, tv y cómics que acapararon distintos gustos de los espectadores. Para la década de 1960 y 1970 quien había impuesto todo un estereotipo del espía perfecto era el personaje británico James Bond, pues su inteligencia, seducción, habilidad y la capacidad de proyectar la figura de una persona que disfruta la aventura a pesar de los riesgos que conlleva acaparaban la atención de grandes y chicos.
Robin Wood, padre de la criatura
Del otro lado del atlántico el genio creativo Robin Wood tomó nota del fenómeno e imaginó un personaje de similares características pero adaptado a la idiosincrasia rioplatense. Así fue que en 1975 nació Pepe Sánchez en El Tony Supercolor #1 (una revista del estilo pulp con varios episodios de distintos personajes) y desde entonces su repercusión llevó a que la editorial supere los 220 episodios publicados.
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Pepe es el clásico agente no muy agraciado en la vida –típico de aquellos personajes como el inspector Clouseau o Maxwell Smart– y que, sin embargo, extrañamente termina realizando su trabajo. El CES (Centro de Espías Sofisticados) será el encargado de asignarle su tarea a resolver en cada capítulo. Su simpatía, buen humor y ese intento por mostrarse seductor con todas las mujeres lo hicieron divertido para todo público y, sumado a los tiempos que corrían, terminó siendo uno de los personajes más reconocidos de Robin Wood.
Cada uno de los números se nutría de una serie de herramientas que se reiteraban: los grandes villanos ocultos en islas, la participación de compañeros “inspirados” en otros personajes como el mismo James Bond, la chica seductora, la visita de algún familiar despistado (incluso más adelante saldría el cómic de Pipa Sánchez) y los títulos que homenajeaban a clásicos del cine ( Operación retrueno, Al servicio secreto de Suma Stad, Con tacto en Francia, El regreso del que te Jedi y Atrapado con salida).
Crisis del cómic en Argentina y el final
El último episodio fue publicado por la Editorial Columba en El Tony Supercolor #98, se trató del número 222 –también escrito por Robin Wood y dibujado por Carlos Vogt– y se llamó « El reloj de la pobreza».
A lo largo de tantos años, Pepe Sánchez pasó de enfrentarse con enemigos de la Guerra Fría, medio oriente y hasta del espacio exterior. Lamentablemente el agotamiento del estereotipo de agente torpe y la crisis de la historieta argentina sobre el 2000 hicieron que Pepe se fuera a tomar un descanso, pero siempre guardaremos los cómics para leer una y otra vez sus aventuras y de esa manera mantenerlo vivo.
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