Creían que era ciego, pero no: La historia de un niño de Uganda que creció sin acceso al sistema de salud
Historias como esta nos demuestran por qué debemos terminar con tanta desigualdad...
18 millones de personas en el mundo viven con ceguera evitable pero no tienen acceso a los cuidados mínimos de salud necesarios para detectarla. Es el caso de Criscent Bwambale, un ugandés que nació con cataratas que no había sido diagnosticada. Hasta ahora.
Hoy tiene 6 años y vivió siempre con su abuela en las plantaciones de cacao. Ella había notado su dificultad para ver y por eso, no lo dejaba solo. Pero nunca creyó que la "ceguera" de su nieto era curable. Hasta hoy.
Esta es la historia de Criscent Bwambale, un ejemplo más de las enormes desigualdades sociales que existen en el mundo. Otro caso que nos invita a tomar cartas en el asunto y ayudar a los que más lo necesitan.
El equipo médico de Uganda, respaldado por la organización Sightsavers, se contactó con la familia de Criscent en enero pasado. ¡El niño tenía cataratas en ambos ojos! Fue diagnosticado y luego operado. Dos meses después, le dieron sus primeros anteojos para ayudarlo a ver más nitidamente. Estas fotos reflejan su asombro y felicidad de poder observar con claridad por primera vez en su vida.
Mientras él aprende a diferenciar los objetos y a leer, todavía hay otras 368 mil personas con ceguera en Uganda que no gozan de ese beneficio. Muchos de estos casos se pueden prevenir con una simple consulta médica. Afortunadamente, hay varias ONG que trabajan por la vista de los niños. ¡Y qué bien hacen!
Si no sos de ir al oculista, te recomendamos que lo visites una vez por año y que lleves a tus hijos con vos. Criscent no tenía acceso a un médico, pero vos seguramente sí.