Por aire, tierra y agua, más de mil personas siguen en la búsqueda de los desaparecidos tras el desbordamiento del río Guadalupe, el cual ha dejado más de 30 muertos, entre ellos 14 niños. El gobernador Greg Abbott ordenó a las agencias estatales que “asuman que todos los desaparecidos están vivos y se necesita rapidez (…) porque están buscando salvar hasta la última vida”.