Mitos y verdades del áloe vera que no conocías
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Dicen que esta planta la usaba Cleopatra y que fue conocida en Egipto como la planta de la belleza y la inmortalidad. Dicen que Alejandro Magno se habría curado de una herida mortal gracias a un ungüento realizado con su pulpa.
En China y en América se le atribuyeron también propiedades milagrosas. ¿Qué hay de cierto? No podría decírtelo, pero sí puedo dar testimonio de su belleza y de su gran riqueza decorativa tanto en interiores como en parques y jardines.
Mito 1: Todos los áloes son iguales
Verdad: Ante todo habría que tener en cuenta que si bien existen cerca de 350 variedades de áloes en todo el mundo, de entre las que podemos obtener en América latina se halla la variedad áloe barbadenisis o áloe vera de Linneo, útil para realizar cosméticos pero de gran belleza decorativa.
Este tipo de áloe es fácil de distinguir: alcanza una altura media situada entre los 60 y 90 cm. Sus hojas, de entre 40 y 50 cm de largo tienen púas en sus bordes y un ancho de entre 6 y 10 cm en su base.
Mito 2: El áloe es una planta salvaje que no se cría bien en macetas ni interiores
Verdad: Uno de los usos de esta enigmática planta es que por su elegancia salvaje, la facilidad con que crece y el prolongado tiempo que resiste sin se regada es recomendadísima para la decoración de interiores.
Mito 3: No es apta para jardines, porque crece demasiado
Verdad: En materia de decoración y paisajismo el áloe vera tampoco se queda detrás: la habrás visto en los meses de julio y agosto engalanando las costas argentinas, especialmente en los acantilados de Mar del Plata. Si bien allí crece de manera “salvaje” porque supuestamente nadie la cuida, es posible tenerla en el jardín y formar bellos paisajes combinando sus distintas variedades con otras plantas de jardín. Una única precaución: hay que cortarla un tanto cada aproximadamente tres años, porque esto es verdad: crece mucho y con poca agua.
¿Ya te has decidido? ¿Vas a tenerla en tu hogar? No te arrepentirás de cultivar esta noble planta que, dicen, además es la panacea para muchas enfermedades. ¿Será una opción natural para tratar el cáncer terminal?