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Curiosidades

El director de Logan critica duramente esta costumbre de las películas de Marvel

Publicado 5 Feb 2018 – 12:36 PM EST | Actualizado 23 Mar 2018 – 10:46 AM EDT
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Es cierto que las escenas post-créditos no son un invento del MCU, y que muchísimo antes de que la idea de un universo cinematográfico de superhéroes haya siquiera cruzado por la mente de un ejecutivo de Marvel, estas ya habían sido utilizadas en numerosas oportunidades.

Pero sí fue el Universo cinematográfico de Marvel el que se encargó de hacer de éstas una suerte de regla no escrita de la creación de una franquicia de historias y personajes conectados, en una herramienta esencial para la sugerente promoción de un futuro lanzamiento y en una de las cosas más esperadas y comentadas por sus fans.

¡Una costumbre vergonzosa!

De modo que resulta curiosa la vehemente oposición que James Mangold, aclamado director de The Wolverine y Logan, expresó ante las escenas post-créditos, una costumbre en la que han incurrido varias películas de la saga X-Men en la que él ha trabajado, todas las del MCU, y hasta sus propias películas ( The Wolverine).

Hablando en un panel de guionistas en Los Angeles (fue también coguionista de Logan, trabajo por el que ha sido nominado al Premio Oscar), James Mangold habló en duros términos de las escenas post-créditos:

«Ahora el público se ha vuelto adicto a este maldito bonus en los créditos. Es realmente vergonzoso. Lo que significa es que no pudiste hacer bien tu película, eso es lo que significa. Aun si tienes 100.000 adictos en Twitter haciendo apuestas sobre qué maldita escena va a haber después de los malditos créditos, sigue siendo hacer trampa. Las escenas post-créditos son para vender la próxima película mientras todavía estás haciendo esta, y eso es lo vergonzoso. El público de hecho pide este tipo de escenas, que en realidad surgieron originalmente como algo extra en películas muy malas, algo que incluir en el final como para subirle unos puntos cuando la película en realidad era un maldito desastre»

Su encendido ataque desencadenó, naturalmente, todo un debate y varias opiniones contrarias, así que luego Mangold fue a Twitter a aclarar lo que había dicho, aunque no suavizó su tono y su efusividad, sino todo lo contrario, llegando a atacar el concepto mismo de universo cinematográfico como un engaño publicitario urdido por los estudios y a toda la cultura generada a su alrededor.

Muchos amigos comentaron sobre mi diatriba en contra de las escenas de los créditos. Algunos que no estaban de acuerdo tuvieron buenos argumentos. Mi vehemencia viene de la convicción de que esas escenas son algo así como una droga cinematográfica. Por supuesto que nos gustan. Están diseñadas para eso, son como publicidades, te quieren dejar enganchado para que compres una próxima película.
Pero al mismo tiempo creo que la expectativa omnipresente que se genera ante esas escenas degrada la integridad de la experiencia de ir al cine y de la película, ya que esta no se atiene a su propio final sino que te conduce a una serie de placenteras viñetas/publicidades de lo que te van a vender el año que viene...
Así que no es que realmente odie las escenas en sí mismas, sino que temo que las películas (una forma de arte que amo profundamente) dejen de funcionar como una forma narrativa con principio, desarrollo y final para convertirse en una pieza serializada de una máquina de hacer dinero.
Lo que estas escenas promueven es la falsa sensación de un “universo” completamente formado, como si todos detrás de las cámaras supieran lo que viene después en la saga, cuando la verdad es que todo está mucho menos trazado y previsto, sin importar lo que algunos obsecuentes le digan a una prensa que lucra con los “universos” y toda la ola de rumores que generan.
Por último, el término “easter egg” es un poco infantil y, por lo menos para mí, se siente condescendiente hacia una audiencia inteligente y reflexiva que debería ser tratada con más respeto que ser vistos como niños que van a los saltos intentando adivinar las historias uniendo pequeñas migajas que dejan por el camino grandes corporaciones.

James Mangold no es el primer director que critica las escenas post-créditos, pero por el momento parecen estar luchando contra molinos de viento. Nada indica que estas vayan a desaparecer.

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