Tener la garganta seca es una sensación realmente desagradable. A veces, nos ocurre por resfriados, gripes y otros procesos de enfermedades comunes; pero en otras ocasiones nos pasa por cansar la voz, al alzarla o al tener que hacer por ejemplo un discurso, conferencia o cualquier otra interpelación pública. Además, si la sequedad de garganta se produce en este caso, la molestia aumenta, ya que no podemos continuar con nuestro trabajo.