El amor es, probablemente, el asunto más difícil de tratar en la ficción porque, sencillamente, transita por sentimientos tan íntimos y delicados que resultan muy subjetivos, y su disfrute depende en gran medida del estado emocional del espectador frente a historias que por lo general se parecen mucho, pero que interesa conocer "el cómo se desarrollan" las relaciones por encima del suspenso del "qué pasará".