Los hijos de la princesa Diana, Harry y William, participaron en la emotiva ceremonia en los jardines de Palacio de Kensington para conmemorar el natalicio de su madre. El evento marcó la primera vez en que los hermanos, ahora distanciados por diferencias aparentemente irreconciliables, volvieron a mostrarse juntos en público después del funeral de su abuelo Felipe.
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