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Joe Biden

Biden asegura que la recesión económica "no es inevitable"

En una entrevista con la agencia de noticias AP, el mandatario reconoció los problemas actuales que vive EEUU pero enfatizó en la castigada economía que heredó y las persistentes cicatrices psicológicas que dejó la pandemia. Dijo que hay que tener más confianza al país.
Publicado 17 Jun 2022 – 09:08 AM EDT | Actualizado 17 Jun 2022 – 09:20 AM EDT
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El pueblo estadounidense está "muy, muy decaído" tras dos duros años de pandemia, volatilidad económica y actualmente la inflación y el alza de los precios de la gasolina, los alimentos y demás, reconoció el presidente Joe Biden a la agencia AP en una entrevista de 30 minutos este jueves en la Oficina Oval.

Biden habló sobre los problemas actuales que vive el país y enfatizó en la castigada economía que heredó y las persistentes cicatrices psicológicas causadas por la pandemia. A pesar de ello dijo que una recesión económica "no es inevitable" y que hay que tener más confianza al país.

El presidente reprochó las afirmaciones de los legisladores republicanos de que el plan de ayuda por el covid-19 del año pasado es el responsable de que la inflación se encuentre en su punto más alto en los últimos 40 años, asegurando que dicho argumento es “descabellado”.

"Primero que nada, no es inevitable (...) Segundo, estamos en una mejor posición que cualquier otra nación del mundo para superar esta inflación”, dijo en referencia a las advertencias de los economistas de que el combate la inflación podría llevar al país a una recesión.

Esta semana, la Reserva Federal incrementó la tasa de interés de referencia, pero la medida hizo que los mercados financieros cayeran en un bache y desató advertencias de los economistas sobre una posible recesión el próximo año.

“No deberían creer en una advertencia (...) Simplemente deberían decir: 'vamos a ver quién está en lo correcto’”, afirmó.

El presidente habló de su presunta responsabilidad en lo que está ocurriendo: “Si es mi culpa, ¿por qué es que en todos los demás países industrializados del mundo la inflación es más alta? ¿Se han preguntado eso? No es por ser insolente”, dijo.

Aunque reconoció los problemas actuales, Biden dijo que veía motivos para ser optimistas, como la tasa de desempleo del 3.6%, cerca de los niveles prepandémicos, y la relativa fortaleza de Estados Unidos en el mundo.

El impacto de la invasión rusa a Ucrania

Biden, que aseguró que busca darle a Estados Unidos más brío, entereza y valor, enumeró algunas de las decisiones complicadas que ha enfrentado, asegurando que el país necesitaba plantar cara al presidente ruso Vladimir Putin por invadir a Ucrania en febrero pasado, a pesar de que las duras sanciones que ha impuesto han provocado un alza en los precios de la gasolina, creando un riesgo político para él y los demócratas en un año electoral.

Cuestionado sobre por qué ordenó las sanciones financieras contra Moscú que han trastocado los mercados de alimentos y energéticos a nivel mundial, Biden dijo que hizo sus cálculos como comandante en jefe y no como político que piensa en las elecciones.

“Soy el presidente de Estados Unidos”, dijo. “Es lo mejor para el país. En verdad. En serio. ¿Entonces qué sucede? ¿Qué pasa si la principal potencia de la OTAN, la estructura organizacional que conformamos, se hace de la vista gorda ante la agresión rusa?”

Biden planteó la posibilidad de un caos en Europa si una Rusia sin restricciones seguía adentrándose en el continente, si China se envalentonaba para tomar Taiwán y si Corea del Norte se volvía más agresiva en sus ambiciones de desarrollar armas nucleares.

El mandatario reiteró sus afirmaciones de que las grandes compañías petroleras se han beneficiado del aumento de precios sin incrementar la producción como deberían y las convidó a pensar en el mundo a corto plazo, y no solo en sus inversionistas. “No simplemente se recompensen a ustedes mismos”, pidió.

Sobre el espíritu nacional: hay falta de confianza y ansiedad

“La necesidad de salud mental en Estados Unidos se ha disparado, porque las personas han visto cómo todo ha dado un vuelco. Todo con lo que contaban se ha trastornado. Pero la mayoría de ello es consecuencia de lo que ha sucedido, de lo que sucedió como resultado de la crisis del covid”, declaró.

La desoladora evaluación de Biden sobre el espíritu nacional se produce en momentos en que los votantes han criticado su desempeño y el rumbo que lleva el país. Solo el 39% de los adultos estadounidenses aprueban la labor de Biden como presidente, según una encuesta realizada en mayo por The Associated Press-NORC Center for Public Research, lo que significó un descenso respecto a sus ya negativos índices del mes previo.

Hasta el momento, el presidente no ha logrado restaurar la confianza, y sus índices de popularidad han ido en declive dado que ha perdido apoyo entre los demócratas y existe poca evidencia de que pueda brindar cierta normalidad bipartidista a Washington.

Su oficina está llena de retratos de presidentes que enfrentaron crisis que pusieron en peligro al país, y Biden reconoció que existen comparaciones con su propia situación. Sobre su chimenea cuelga una imagen de Franklin Delano Roosevelt, un lugar destacado porque el historiador Jon Meacham le dijo a Biden que ningún presidente llegó al cargo con la economía en tan mal estado. También hay un retrato de Abraham Lincoln, quien se convirtió en presidente de una nación sumamente dividida y al borde de la Guerra Civil.

Sin embargo, el remedio de Biden no es muy distinto al diagnóstico del expresidente Jimmy Carter en 1979, cuando la economía estadounidense quedó paralizada por la estanflación. Carter dijo en aquel entonces que Estados Unidos sufría una “crisis de confianza”, y que “el deterioro de nuestra confianza en el futuro amenaza con destruir el tejido social y político de Estados Unidos”.

“Tengan confianza, porque yo confío en que estamos en mejor posición que cualquier otro país del mundo para adueñarnos del segundo cuarto del siglo XXI”, comentó.

"No puedo lograr todo": Biden y su agenda

A pesar de la crisis, el presidente aún intenta impulsar su agenda nacional a través del Congreso, después de que un intento el año pasado no fue aprobado en el Senado.

Biden dijo que “creo que tengo los votos” para bajar los precios de los medicamentos con receta, reducir los recibos de servicios públicos con incentivos fiscales y cobrar un impuesto mínimo a las corporaciones.

Aseguró que sus planes reducirían los gastos de muchos estadounidenses, aunque la medida sería menos ambiciosa que sus intenciones previas de implementar una expansión al crédito fiscal por hijos, guarderías universales y otros.

“Podré obtener, Dios mediante, la capacidad para pagar medicamentos con receta”, declaró. “Hay más de una manera de reducir los precios para los trabajadores", pero ante las restricciones políticas que enfrenta en el Congreso, confesó: “No puedo lograr todo".

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