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América Latina

El dilema imprevisto que el presidente Biden enfrenta en Haití y Cuba

El asesinato del presidente de Haití y las protestas sin precedentes en Cuba han puesto el foco de atención en el Caribe, a menudo ignorado. Pero, ¿tiene el gobierno de Biden las respuestas necesarias? (Read this article in English)
18 Jul 2021 – 10:20 AM EDT
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En febrero de este año, el asesinado presidente de Haití, Jovenel Moise, advirtió al mundo que estaba en marcha una trama golpista para sacarlo del poder y matarlo. Aseguró que estaba dirigida por líderes de la que calificó de corrupta burguesía haitiana.

"Un pequeño grupo de oligarcas están detrás del golpe y quieren apoderarse del país", dijo en una entrevista al diario El País.

Casi al mismo momento en febrero, un grupo de artistas cubanos sacaron una canción, 'Patria y Vida', que se hizo viral y rápidamente se ha transformado en el lema principal de las protestas masivas que tuvieron lugar el pasado fin de semana en Cuba.

Ahora, meses después, la Casa Blanca se ha encontrado de repente con toda una serie de problemas imprevistos en Haití y Cuba, el "patio trasero" de Estados Unidos, apenas seis meses después de que el presidente Joe Biden tomara posesión.

Hasta ahora, la Casa Blanca se ha mostrado prudente a la hora de implicarse directamente en Haití o Cuba, pero corre el riesgo de ser acusado de actuar como el avestruz.

Como es tradición, algunos exiliados cubanos han pedido una acción más contundente contra el gobierno cubano, y el alcalde de Miami, Francis Suárez, ha llegado a sugerir que se consideren ataques aéreos. El bloque de congresistas afroestadounidenses también ha pedido más apoyo de Estados Unidos a Haití, temiendo una mayor agitación en el vacío político dejado por el asesinato de Moise.

A medida que se van conociendo detalles sobre quiénes estuvieron detrás del magnicidio, los investigadores alegan que fue organizado en parte en Estados Unidos por una extraña variedad de sospechosos, entre los que se encuentran un evangélico haitiano y algunos personajes turbios con vínculos con el narcotráfico que se disfrazaron de agentes de la DEA.

Aunque no hay pruebas de la implicación oficial de Estados Unidos en el complot, las preguntas se arremolinan inevitablemente en torno a cuánto sabían las fuerzas del orden estadounidenses sobre los presuntos cabecillas, y si se podría haber hecho más para proteger al presidente.

Complots

Ya en febrero, algunos de los asesores de Moise le advirtieron que no debía hacer acusaciones sobre complots para matarlo, a menos que tuviera pruebas que lo respaldaran.

"Jovenel dijo que tenía información de que planeaban matarlo. Lo descarté en su momento. Ahora me atormenta", dijo Damian Merlo, que trabajó estrechamente con Moise como su asesor de relaciones gubernamentales en Estados Unidos.

Merlo, que vive en Miami, dice que en aquel momento mantuvo conversaciones con altos funcionarios estadounidenses sobre la situación de seguridad en Haití. "Estaban preocupados. Así que les dije que si estaban preocupados por qué no hacían algo para ayudarlo", dijo.

La incertidumbre sobre quién es el sucesor legítimo de Moise también ha planteado grandes interrogantes sobre el papel de Estados Unidos en la futura estabilidad del país y sobre si es necesaria una fuerza militar internacional para garantizar las elecciones que deben celebrarse a finales de este año.

"Esto pone a Estados Unidos en una situación difícil, superdifícil. Deben estar tirándose de los pelos tratando de resolver esto", dijo Luis Moreno, ex embajador interino de Estados Unidos en Haití que también trabajó en Colombia y México.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo a Univision Noticias que "Estados Unidos mantiene estrechas consultas con nuestros socios haitianos e internacionales para apoyar al pueblo haitiano y a las instituciones democráticas de Haití".

Inseguridad

El gobierno haitiano en funciones ha solicitado apoyo militar internacional. La Casa Blanca ha dicho que por ahora no tiene planes de enviar tropas estadounidenses, pero los expertos dicen que una fuerza internacional podría involucrar a otros países. La anterior fuerza militar de Naciones Unidas, la MINUSTAH, estaba formada en gran parte por soldados brasileños y chilenos.

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Biden asegura que no enviará tropas a Haití y que Cuba recibiría vacunas de EEUU si una organización internacional lo garantiza

La fuerza policial de Haití, compuesta por 16,000 agentes, carece de equipamiento y actualmente tiene dificultades para hacer frente a las bandas de los barrios marginales.

Según el ex primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, un contingente policial internacional de 500 agentes altamente capacitados podría ser suficiente para garantizar las elecciones. "Podría tener un alcance muy limitado durante un tiempo muy limitado. Solo tenemos que deshacernos de 10 pandillas. No es como si tuviéramos una guerra de guerrillas", dijo a Univision Noticias.

Lamothe, autor de un libro sobre la política haitiana, "Las manos del Primer Ministro", dijo que las elecciones previstas para finales de este año podrían seguir adelante, y ya se había reservado un presupuesto.

Los expertos dicen que Biden está en desventaja por no tener su equipo completo instalado, especialmente en el Departamento de Estado, donde los rangos superiores fueron diezmados durante la administración de Trump.

"Están muy repartidos. Y están pasando tantas cosas en la región con la situación en Cuba, Haití, Venezuela, Centroamérica y Colombia", dijo Moreno, señalando que el 60% de los diplomáticos de alto rango de la agencia renunciaron o fueron expulsados durante los últimos cuatro años.

"Haití siempre está en segundo plano, pero nunca se sabe cuándo puede explotar", añadió.

Cuba

Mientras tanto, en Cuba, las protestas callejeras generalizadas han puesto de manifiesto los numerosos problemas a los que se enfrentan los cubanos, especialmente la falta de alimentos, los bajos salarios y el control estatal de la economía, que se han visto acentuados por la pandemia del coronavirus.

Después de comenzar su presidencia diciendo que Cuba no sería una prioridad, Biden se encuentra ahora bajo la presión de todas las partes para que se replantee su política. Algunos piden que se relaje el embargo económico de décadas para permitir la entrada de más alimentos y remesas a la isla, así como el envío de vacunas.

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Pero otros, incluidos algunos demócratas, piden sanciones adicionales temiendo que una respuesta débil de Biden pueda socavar aún más el apoyo del partido entre los exiliados cubanos en el sur de Florida. Durante sus cuatro años de mandato, Trump se hizo popular entre los exiliados cubanos del sur de Florida con posturas de derecha al promulgar algunas de las medidas económicas más duras contra Cuba en décadas.

Fatiga con Haití

El gobierno de Biden cuenta con funcionarios en el Senado con considerable experiencia en Cuba, como Juan González en el Consejo de Seguridad Nacional y Ricardo Zúñiga en el Departamento de Estado. Pero Haití es una historia diferente.

"No hay nadie en el personal que tenga experiencia en Haití", dijo Eduardo Gamarra, experto en América Latina y el Caribe de la Universidad Internacional de Florida, que ha realizado trabajos de sondeo y conoció a Moise.

Estados Unidos se implicó mucho en ayudar a Haití a recuperarse del terremoto de 2010, que mató a 200,000 personas. "Se preocupó y se comprometió mucho, pero luego llegó “la fatiga de ocuparse por Haití", dijo Gamarra.

La fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Haití, conocida como MINUSTAH, que se creó tras el violento derrocamiento de otro presidente en 2004, terminó en 2017. Pero muchos se preguntan si su misión -entrenar y apoyar a una fuerza policial civil- se ha cumplido.

Donald Trump prometió inversiones en una inusial reunión en marzo de 2019 con cinco líderes caribeños, incluido Moise, a cambio de ponerse del lado de Estados Unidos para respaldar al líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, como jefe de Estado.

PetroCaribe

Durante años, Haití estuvo en deuda con el programa venezolano PetroCaribe, que ofrecía gasolina barata con pagos adelantados, lo que permitía al gobierno reservar 600 millones de dólares al año para proyectos de inversión. En comparación, Estados Unidos solo ofrecía entre 150 y 200 millones de dólares al año.

Sin embargo, el programa PetroCaribe acabó con acusaciones de corrupción masiva del gobierno, y dejó al país con una deuda impagable.

Cuando Biden asumió el cargo, el país ya estaba sumido en el caos político y económico, con partes de la capital dirigidas por bandas.

"Biden esperaba celebrar elecciones, quitarse de en medio, y luego resolver las cosas cuando hubiera un nuevo presidente", dijo Gamarra.

Ese escenario está ahora en duda tras el asesinato de Moise, lo que no deja más opción que ordenar el regreso de las tropas extranjeras, dijo.

"No veo qué más se puede hacer. La policía no tiene capacidad para estabilizar el país", añadió Gamarra.

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