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Woke: la nueva tiranía del pensamiento

"Si eres una minoría racial o étnica, el culpable de tus males son los blancos. Si eres mujer, los hombres. Si eres pobre, los ricos. Y así, muchos ejemplos más. Estas ideas generan una división y resentimiento entre los que se esfuerzan y consiguen algo importante, y los que aceptaron la falsa idea de que por sus condiciones no conseguirán nada".
Opinión
Panelista del programa Línea de Fuego de Vix / Coautor del libro "Después del socialismo".
2023-03-17T15:09:25-04:00
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"La definición y su etimología, aunque importante, es insuficiente para explicar la realidad social, cultural, y política actual del término". Crédito: Mark Wilson/Getty Images

En los últimos años una palabra se ha convertido en el principal centro de los debates políticos más acalorados. Es una motivación fundamental, tanto de la derecha conservadora como de la izquierda progresista, para desarrollar y aplicar políticas. Esa palabra es: “woke”.  

Sin dudas, si has observado el comportamiento político estadounidense reciente, habrás leído o escuchado esta palabra reiteradamente.

Por ejemplo, en febrero de 2022 la reunión anual conservadora más importante CPAC, utilizó el eslogan “ Awake, not woke” )para promover el evento. Ron DeSantis, gobernador de Florida, exclamó “ Florida es donde woke muere” justo después de ganar la reelección con un importante margen en noviembre del año pasado.

Sin embargo, el término ‘woke’ no es un insulto para todos. Aunque evidentemente, personas de derecha, como el que les escribe, no simpatizan en lo absoluto con esta corriente.

Una encuesta realizada por USA TODAY / Lpsos Poll nos muestra que los republicanos suelen interpretar este término como un insulto, y los demócratas como un elogio. ¿Pero qué nos dicen los independientes? Los independientes tienden a percibir ‘woke’ como un insulto también: 42% a 32%.

Por eso es importante mencionar, ¿qué significa el término ‘woke’ en política? La palabra apareció por primera vez en 1962 en un ensayo del escritor William Melvin Kelley en The New York Times.

De acuerdo a Merriam-Webster que añadió la palabra a su diccionario en 2017, la definición de “woke” es, " consciente y activamente atento a hechos y cuestiones importantes (especialmente cuestiones de justicia racial y social)".

Sin embargo, la definición y su etimología, aunque importante, es insuficiente para explicar la realidad social, cultural, y política actual del término. Existe una razón por la cual el uso del término ha crecido en años recientes, y de hecho, ha sido añadido en una nueva acepción al diccionario.

El término ha sido apoderado por el mundo corporativo y la academia. La izquierda lo ha usado como bandera. Lejos de existir como un mero hecho de consciencia o atención a las injusticias, como corriente de pensamiento, el término “woke” ha evolucionado.

En su diseño actual, pero sobre todo en la práctica, el movimiento “woke” es el uso omnipresente de la raza, etnia, género, orientación o identidad sexual para sustituir la meritocracia y garantizar así la igualdad, no ante la ley, sino en resultados.

Lo hace a través de la profundización de la victimización y el resentimiento. La búsqueda desesperada de construir una sociedad de víctimas.

El “wokeismo” plantea una competencia por la victimización. Cuanto más has sufrido en tu vida, mejor y más íntegro eres. Por el contrario, si has vivido una vida plena y feliz, logrando tus objetivos, se te tacha de opresor y agresor.

Adicionalmente, presume que cualquier disparidad de grupo debe ser el resultado de una política gubernamental perversa, y que el único correctivo es el intervencionismo gubernamental.

La habilidad, pero también el peligro de estas ideas está en que alimenta el resentimiento de muchas personas en diferentes formas. Si por alguna razón encuentras frustración, vacío o malestar en tu vida, el movimiento ‘woke’ te responde y dice que hay un culpable por eso.

Si eres una minoría racial o étnica, el culpable de tus males son los blancos. Si eres mujer, los hombres. Si eres pobre, los ricos. Y así, muchos ejemplos más.

Estas ideas generan una división y resentimiento entre los que se esfuerzan y consiguen algo importante, y los que aceptaron la falsa idea de que por sus condiciones no conseguirán nada.

En realidad hay muchos ejemplos de “wokeismo” en nuestra sociedad. En la faceta social, decirles a los blancos, a los heterosexuales que no pueden opinar sobre determinados temas de discusión porque están en una posición de “privilegio”, eso es ser “woke”.

Prometer desde el gobierno regalías y privilegios a grupos particulares porque supuestamente son “discriminados”. Eso es ser “woke”.

La idea de abolir el departamento de la policía, como es el deseo de la congresista demócrata Ilan Omar, por supuestamente ser racistas sin evidencia o lógica alguna, eso es ser “woke”.

Cuando por presión social las personas se ven obligadas a arrodillarse en un evento deportivo durante la entonación del himno nacional, en muestra de repudio a tu propia nación, eso es ser “woke”.

Lo peor de esta tiranía del pensamiento es que no deja espacio alguno para la discusión ni el debate, lo cual es fundamento esencial para una sociedad libre.

El fanático “woke” no ataca tus argumentos, sino tu identidad. No razona, ofende. No tiene interés en la evidencia, sino en los sentimientos. Si algo le ofende, inmediatamente tiene la razón.

La verdad es lo más peligroso para la tiranía “woke”. No debe sorprendernos que líderes conservadores estén atacando con tanta fuerza este movimiento.

El conservadurismo estadounidense es la búsqueda por preservar ciertos valores, principios, y tradiciones que hicieron a esta nación excepcional. Hoy, el “wokeismo” busca destruir cada centímetro de eso.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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