Es jefe de la Policía de Tijuana y el Cartel de Jalisco lo amenazó de muerte, pero él dice que "duerme tranquilo"
“Sí me tocó la rifa del tigre”, dice Pedro Cruz Camarena, el jefe de la Policía de Tijuana, en México, cuando se le pregunta sobre su difícil trabajo, del cual depende la seguridad de una ciudad fronteriza asediada por los carteles más grandes del país, el de Sinaloa y el de Jalisco. Además, siguen operando criminales de lo que queda de la organización de los Arellano Félix, que una vez mandaron en esa urbe.
No habían pasado dos semanas desde que tomó el cargo, el 14 de febrero, y trece hombres que portaban rifles y chalecos tácticos con las iniciales ‘CJNG’, del Cartel Jalisco Nueva Generación, ya lo habían amenazado en un video que circuló como pólvora en las redes sociales.
Los presuntos sicarios denunciaban corrupción y supuestos tratos incumplidos con mandos de las fuerzas de seguridad de Baja California. Ni el gobernador Jaime Bonilla salió bien librado. Le exigieron “ponte a hacer tu trabajo” y este respondió que investigaban si era un audio insertado para difamarlos.
En un momento de la grabación, el hombre que lee el texto se refiere al nuevo jefe de la Policía de Tijuana y otros mandos: “Vamos a arremangar (asesinar) a quien se pase… Dejen de meterse donde no deben… Primer y único aviso, ya están advertidos. Atentamente ‘El Señor Mencho’”, concluye el mensaje, que supuestamente enviaba el líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes.
Cruz Camarena, de 60 años, dijo en una entrevista con Univision Noticias que ese video es parte de las amenazas que ha recibido desde que llegó a la jefatura de una corporación con 2,433 elementos.
- ¿Duerme tranquilo?, se le preguntó.
- “Absolutamente tranquilo”, respondió.
Las advertencias del Cartel de Jalisco no se pueden tomar a la ligera. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, también fue blanco de amenazas del CJNG antes de que un comando lo atacara con fusiles de francotirador y rifles AR-15 en una colonia adinerada. Las balas perforaron su camioneta, aunque tenía el blindaje más fuerte. El funcionario se salvó de milagro resultando con heridas, pero sus dos escotas y una mujer que pasaba por el lugar perdieron la vida.
García Harfuch duerme ahora en una instalación del gobierno, bajo estrictas medidas de seguridad. Pero el jefe de la Policía de Tijuana asegura que no agregó más agentes a la guardia que lo protege y que sigue viviendo en su casa. “Tomo precauciones, por supuesto, claro que las tengo. Cambia la vida, ahorita no hay un solo lugar, solo o con mi familia, al cual pueda ir solo. No puedo hacerlo”, señaló.
Tiene prohibido acudir a lugares concurridos, donde se volvería un objetivo vulnerable si alguien le quiere hacer daño. “No tomo nada a la ligera, hay que cuidarse siempre, pero las tomo (las amenazas) de quien viene. Sé que este es el trabajo, esto es parte de los riesgos”, agregó.
En los primeros cuatro meses de su gestión, dijo, se mantuvo una tendencia estable o a la baja en homicidios, que le quitó a Tijuana el infame título de la ciudad más peligrosa de México y del mundo (que tuvo en 2019). Pero las estadísticas delictivas se dispararon a principios de junio, durante y después de la jornada electoral en la cual se eligió al siguiente gobernador y legisladores locales. En solo dos días se registraron tantos como 25 homicidios.
En lo que va del año en esa urbe fronteriza más de 1,000 personas han muerto de manera violenta. Esa cifra se atribuye a la venta interna de droga que los criminales disputan colonia por colonia. “De cada 10 homicidios dolosos, 9.42 tiene que ver con el narcomenudeo”, afirma el funcionario, basado en un análisis que ha hecho de cada uno de los casos que llegan a su despacho. “Por cinco bolsitas de droga, no entregar la cuenta a tiempo o cruzar la calle para poder vender y terminar, su vida es muy breve”, dijo.
De acuerdo con información de la Administración para el Control de Drogas (DEA), una célula del Cartel de Jalisco que sigue haciendo de las suyas en Tijuana está detrás de más de 150 asesinatos que ocurrieron durante seis meses. Les dicen ‘Los Cabos’ y entre sus víctimas se encuentran dos estudiantes de California.
La "nueva policía" de Tijuana
Los policías municipales en México enfrentan a menudo acusaciones de estar coludidos con el crimen organizado y tiene las peores calificaciones en los índices de confianza entre los ciudadanos. Los de Tijuana no son la excepción. Por años, una de las principales quejas es que, ya sea por miedo o por corrupción, estos evitan combatir a la delincuencia y se enfocan en extorsionar a los turistas.
Era común, hace unos años, que en la frecuencia de la radio de la Policía local se escuchaban narcocorridos inmediatamente después de cada ejecución. Cruz Camarena afirma que eso ya no pasa y cree que está vinculado a una estrecha cooperación entre militares, la Fiscalía estatal y agentes municipales.
“Hace muchos años había convoyes que pasaban con armas, etcétera. Ahorita eso ya no se da… Eso (la unión de fuerzas de seguridad) nos hace ver, a los ojos de los maleantes, más fuertes… Hace que no haya esas manifestaciones de violencia, de poder invadir la radio, hacer amenazas”, señaló.
La designación de Cruz Camarena fue una de las primeras acciones que hizo Karla Ruiz MacFarland, apenas asumió como alcaldesa interina substituyendo a Arturo González Cruz, quien pidió licencia para separarse del cargo. “Comparte conmigo la visión que yo tengo”, expresó ella sobre quien en ese entonces era el director de prevención del delito de la Fiscalía general de Baja California.
Su formación profesional está ligada a la Fuerza Aérea, donde era piloto aviador y obtuvo una licenciatura en administración militar. También tiene dos maestrías y un doctorado en ciencia política. Dos años fue agregado militar en la Embajada de México en Washington DC.
Esa preparación académica y experiencia laboral, dijo, la está poniendo en práctica en las calles de Tijuana para combatir las actividades ilícitas de los carteles, a pesar de que habrían reacciones violentas. “No solo llegar y poner más patrullas en una esquina, prender las sirenas o poner retenes. Eso sí sirve, claro, pero para mí era empezar a trabajar desde el fondo, desde el concepto que tiene el policía de sí mismo. Romper el ciclo de que son corruptos, (que) no sirven para nada”, dijo en la entrevista.
También, indicó, cambió a los mandos policiales, reforzó las tareas de inteligencia y puso mayor atención en las zonas más peligrosas de la ciudad.
Como lo hizo el oficial que le precedió, él ya fue al funeral de un elemento abatido. “En una acción de patrullaje los policías fueron agredidos a balazos y desafortunadamente uno de ellos murió”, narró el funcionario, quien dijo no tener claro qué célula delictiva perpetró el ataque, ni cuál fue el motivo.
La víctima es Abel Medina Sánchez, de 32 años. El agente, quien llevaba cuatro años en la corporación, repelió un tiroteo en la colonia El Florido Cuarta Sección durante la madrugada del 20 de marzo. Recibió un impacto de bala en un ojo y fue trasladado a un hospital, donde falleció.
En el funeral, Cruz Camarena lo describió como un policía honesto y un ejemplo para su familia. Aprovechó para manifestar que estaba comprometido en reforzar la disciplina de la que llamó “nueva policía” de Tijuana.
“El policía tiene una nueva mentalidad, estamos tratando que vayan por el camino de la vocación policial”, dijo a este medio. “Yo no tolero los actos de corrupción... Todavía habrá uno que otro policía que se porte mal y para ello soy muy estricto".
Este jefe policial subraya que está comprometido en que bajen los índices de criminalidad de Tijuana, porque ha sido su hogar desde hace más de 15 años y no piensa irse. Según él, aceptó el premio de la rifa del tigre, como se dice cuando alguien recibe un encargo muy peligroso que quizás no quería, porque sabe que “a este tigre sí se le puede sobar la cabeza sin que te muerda”.