Detienen a una de 'Las señoritas', la conexión de narcos de EEUU con el Cartel de Jalisco
Una mujer estadounidense acusada de ser miembro de un grupo de narcotraficantes llamado ‘Las Señoritas’, fue detenida el lunes en una lujosa zona residencial de la Ciudad de México a más de dos mil millas de Carolina del Sur donde era buscada desde 2019.
La detención de Jennifer Nicole Burns abrió una caja de pandora que exhibió dos problemas relacionados: el uso de teléfonos móviles dentro de cárceles de Estados Unidos por parte de narcotraficantes estadounidenses y su nexo con carteles mexicanos poderosos como el Jalisco Nueva Generación.
El 'Imperio Tras las Rejas'
La historia de la detención de Burns comienza cinco años atrás, en junio de 2018, en el condado de Pickens donde el sheriff Rick Clark arrancó una investigación apoyado de otros mandos de la región de Upstate, que incluye el condado de Greenville, y la oficina del fiscal de Carolina del Sur que buscaba detener una red de venta de drogas sintéticas que operaba fuera y dentro de varios reclusorios de ese estado.
La investigación que recibió el nombre clave de ‘Prision Empire’ (Imperio Tras las Rejas) rápidamente apuntó a distintas instalaciones de confinamiento de reclusos que incluyeron la región de Midlands, cuyo centro principal es el área metropolitana de Columbia.
El propio sheriff Clark fue quien declaró que la operación había sido bautizada con ese nombre debido a la gran cantidad de personas que se encontraban tras las rejas y participaban en la venta de narcóticos ilegales, tanto dentro como fuera de los penales del Sistema Correccional de Carolina del Sur (SCDC en inglés).
La forma de operar, explicó en su momento, era a través de teléfonos móviles que se trafican al interior de los penales.
“Los avances tecnológicos en los teléfonos celulares han permitido que los sujetos encarcelados no solo permanezcan conectados con sus redes criminales preexistentes, sino ampliarlas una vez dentro de la prisión”, dijo Clark en noviembre de 2019, casi año y medio después de haberse puesto en marcha la operación.
“Los teléfonos celulares son el conducto por el cual se facilitan las comunicaciones, la contravigilancia y las transacciones financieras”, añadió.
Clark dio a conocer que después de meses de investigación y trabajo habían logrado identificar a 54 personas que fueron acusadas de 192 cargos, entre ellos reclusos encarcelados en prisiones de todo el estado por la venta ilegal de “500 kilogramos (1,100 libras) de metanfetaminas y múltiples cargamentos de heroína y cocaína (…). Casi todo con destino a Upstate”.
El sheriff no dio a conocer, tampoco la fiscalía, el origen de la droga que era traficada por la amplia red en el estado.
No obstante, Clark señaló que de los 54 acusados dos se encontraban prófugos de la justicia: Jacob Austin Collins y Jennifer Nicole Burns, de quienes se dio a conocer sus fotografías y los delitos por los que se les perseguía.
A Burns se le acusó de tráfico de metanfetamina, posesión de un arma de fuego y posesión con la intención de distribuir marihuana.
Durante los siguientes cinco años nada se sabía de esa mujer rubia de baja estatura. La policía y el Departamento de Justicia la mantuvieron en sus récords y envió alertas internacionales que incluyeron México.
'Las señoritas' hacen su aparición
Hace poco más de un mes, el pasado 12 de enero, el fiscal general de Carolina del Sur, Alan Wilson, se presentó ante los medios de comunicación para informar que el Gran Jurado de su estado había emitido acusaciones en el caso de narcotráfico conocido como ‘Las Señoritas’.
Las acusaciones reveladas en la investigación, informó Wilson, incluyen 170 cargos colectivos contra 43 acusados.
“La investigación se llama Las Señoritas’ porque varios de los principales objetivos son mujeres que presuntamente huyeron a México para escapar del enjuiciamiento en los Estados Unidos”, afirmó el fiscal.
Entre los nombres que Wilson incluyó se encontraban Chelsie Marie Anderson, Marcy Dawn Vickers, Amy Deanna Cobb a/k/a Emma, Kelli Edwards y la propia Jennifer Nicole Burns.
Todas estas mujeres, y un hombre llamado Michael Pardi, presuntamente habrían huido a México entre 2018 y 2022.
El fiscal hizo un señalamiento poco utilizado por una autoridad al afirmar que los acusados supuestamente “viven entre los miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación y obtienen drogas directamente del cartel”.
‘Las Señoritas’, explicó un comunicado de prensa de la oficina del fiscal, “supuestamente se coordinarían con los reclusos del SCDC a través de teléfonos celulares de contrabando para entregar drogas, principalmente metanfetamina, a los vendedores en el norte del estado de Carolina del Sur”.
Durante la presentación, Bryan Stirling, director de los SCDC, instó a que el Congreso apruebe la ley de reforma de interferencia de teléfonos celulares, que permitiría que los sistemas penitenciarios estatales bloqueen las señales de los teléfonos celulares, normativa que, dijo, “nunca ha recibido una audiencia”.
“Todos en Estados Unidos estarían más seguros si el Congreso aprobara esta legislación”, afirmó.
Unos días después de dar a conocer los resultados de su investigación, el pasado 8 de febrero, el fiscal Wilson se unió al llamado de 21 estados estadounidenses al presidente Joe Biden y al secretario de Estado Antony Blinken para que designen a los carteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras.
Wilson recordó que 100,000 estadounidenses murieron entre abril de 2020 y abril de 2021 por sobredosis de drogas y los opioides sintéticos como el fentanilo fueron responsables de más de la mitad.
"Las drogas en Carolina del Sur a menudo provienen directamente de los carteles de la droga mexicanos. Estos carteles están matando personas a sabiendas con su veneno y la violencia utilizada para proteger su negocio. Ya es hora de que sean considerados oficialmente una organización terrorista y tratados como tales", dijo el fiscal.
Solo 12 días más tarde el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, informó de la captura de una mujer buscada por autoridades en Estados Unidos, "probable responsable de traficar droga en México y EUA. Se le aseguraron dosis de cocaína y fentanilo".
La detenida era Jennifer Nicole Burns, una mujer rubia, robusta, de estatura baja de 40 años de edad quien, según el comunicado de las autoridades locales, como informó el jefe de la policía, portaba “87 dosis con aparente cocaína y una caja con seis ampolletas de posible fentanilo”.
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