Millennials hispanos, las principales víctimas en el año más violento de California desde 2007
Diana Borjas y Carlos Aguilar murieron el 19 de diciembre de 2020. Al día siguiente falleció Ismael Zavala. Un día después perdieron la vida en incidentes separados Andrew Del Valle y David Castillo. Pasando Navidad asesinaron a Luis Hernández. Todos eran hispanos, vivían en Los Ángeles, eran veinteañeros y fueron víctimas de tiroteos al finalizar ese año.
No se trata de sucesos aislados. En 2020, que es considerado el año más violento en California desde 2007, según un análisis de AP, los hispanos representaron el 45% de las víctimas de homicidios y los muchachos de esa etnia estuvieron al frente de la lista. La mayoría fueron baleados fatalmente.
Ciudades que tienen una gran población hispana, como Los Ángeles y San Francisco, registraron ese año un aumento en sus tasas de criminalidad. Ocurrió mientras ese grupo lidiaba además con un elevado número de contagios y fallecimientos por complicaciones relacionadas con el coronavirus.
Hubo 2,202 homicidios en todo el estado el año pasado, es decir, 523 más que en 2019. Por ese motivo, la tasó pasó de 4.2 a 5.5 muertes en esa categoría por cada 100,000 habitantes. No se habían registrado tantos casos en los últimos 13 años, afirma el reporte de AP.
De esos incidentes, los negros representaron el 31% de las víctimas y los blancos el 16%, de acuerdo con el mismo medio.
Esto coincide con un aumento récord en la cantidad de armas de fuego vendidas legalmente en California, revelan cifras que la Fiscalía General del estado publicó este jueves.
En 2020 más de 686,000 armas fueron compradas en California, lo cual significó un incremento del 65.5% en comparación con las ventas de un año anterior, indicó la dependencia.
Se trata de un incremento que es acorde a la tendencia nacional. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) procesó 39.7 millones de verificaciones de antecedentes penales en 2020, frente a 28.4 millones que realizó un año atrás, lo cual es considerado un indicador de la venta de armas en todo el país.
“La violencia de las armas es una epidemia en este país”, manifestó en un comunicado el fiscal estatal Rob Bonta al publicar su reporte.
El análisis de AP señala que casi el 75% de los homicidios en California en 2020 se cometieron con un arma de fuego, en comparación con el 69% del año anterior; mientras que las llamadas al 911 relacionadas con violencia doméstica usando un arma de fuego aumentaron un 42%.
En Los Ángeles, que tiene el infame título de ‘La capital de las pandillas en Estados Unidos’, los crímenes de estas siguen siendo el talón de Aquiles para las agencias de seguridad. El año pasado, más de la mitad de los homicidios (55%) registrados en la ciudad estaban relacionados con pandilleros. Su interminable guerra territorial causó un incremento del 36% en los homicidios que ocurrieron en 2020, comparado con un año anterior, exponen estadísticas de la Policía de esa localidad (LAD).
El jefe de ese departamento, Michael Moore, dijo en una conferencia en enero que quizás la pandemia empeoró la situación. "El aislamiento, la sensación de desesperanza, la incapacidad para resolver disputas y el fácil acceso a las armas de fuego, junto con un sistema de justicia que ha sido severamente impactado, ha quitado muchas palancas que durante la última década han sido efectivas en la reducción de homicidios", manifestó el oficial.
Cinco meses después, Moore se presentó ante la Comisión de Policía de Los Ángeles para informar que la violencia no ha cesado en esta metrópoli, pues entre el 1 de enero y el pasado 22 de junio las víctimas de disparos habían aumentado un 50% respecto al mismo período de 2019.
Un total de 651 personas fueron baleadas en esos meses, en comparación con 434 el año pasado. Hasta esa fecha, la Policía angelina registraba un promedio de 27 víctimas de disparos por semana.