Hábitos alimenticios: cómo comer bien desde el embarazo hasta College (¡y toda la vida!)

Ya sea que estés por empezar una familia o ya seas mamá de 3, nunca es demasiado temprano para enseñarle a los hijos a comer bien y a escoger sus alimentos en forma correcta.
La alimentación y salud de los niños ya viene influenciada desde el embarazo, de manera los hábitos alimenticios saludables deberían empezar antes del embarazo, y continuar durante y después.
Durante el Webinar sobre Nutrición para Papás y Mamás, la nutricionista Gabriella Iturralde compartió su experiencia sobre cómo alimentar a los hijos y en especial, cómo crear hábitos saludables para que nuestros hijos se habitúen desde el útero a comer en forma nutritiva y a no batallar por la demanda constante de dulces y bebidas azucaradas.
Si bien ella admitió que no se tratan de reglas, sino de hábitos, Gabriella compartió tres cosas que impuso en su casa desde su primer embarazo. Gabriella es mamá de dos niños en edad escolar y está embarazada de cinco meses.
“Logré que mis hijos coman saludables no a través de reglas, sino a través de hábitos alimenticios, de manera que para ello no es una obligación, sino que es algo normal, con lo que crecieron”, explicó la especialista durante el webinar.
La experta en nutrición remarcó 3 hábitos simples que sirven para cualquier tipo de familia:
1- Agua: tomar agua cómo líquido principal. Las bebidas azucaradas son algunos de los más grandes problemas que enfrentamos hoy en día, porque contienen calorías líquidas y azúcar en cantidades increíbles. No hay nada mejor que el agua para mantener hidratada a la familia. Los jugos no son una buena idea para almorzar o cenar, aún si son hechos en casa con frutas y vegetales. Más bien ese tipo de jugos caseros sirven como snacks, pero no para la hora de cenar o almorzar. Los jugos procesados no sólo tienen mucha azúcar sino también algunos contienen colorantes, que pueden detonantes de muchas alergias. Todos los alimentos con colorantes (ya sean líquidos o sólidos) contienen químicos no naturales y pueden ocasionar reacciones alérgicas, además de no aportar nada nutritivo.
2- Incluir vegetales y frutas por día: la experta recomienda empezar desde el desayuno, con omelette con champiñones y espinaca, por ejemplo. La ensalada y los vegetales deben ser parte de la dieta de todo ser humano, no importa la edad y el consumo de frutas y verduras tiene que ser diario.
3- Comer carbohidratos integrales: es decir evitar el pan blanco o el arroz blanco en la medida de lo posible. Al refinar los carbohidratos se pierden vitaminas y minerales y además se convierten en alimentos más procesados. Los carbohidratos integrales (como el arroz integral o brown rice) tienen más nutrientes naturales y son mucho mejores para el organismo en general. Si los niños comen pan y arroz integral desde pequeños se acostumbrarán a ello sin mucho problema.
El embarazo, el mejor punto de partida
Gabriella Iturralde remarcó la importancia de comer bien en el embarazo y de dejar atrás ese concepto de comer por dos, sino mejor comer para dos. Es decir, comer pensando que todo lo que ingerimos durante el embarazo directamente influye en la salud y nutrición del bebé.
Comer para dos, explica la experta no significa duplicar las calorías sino aumentar los nutrientes, como el hierro, calcio, magnesio, el omega 3. Ni siquiera significa añadir otra comida a la rutina alimentaria de la mamá sino de aumentar el consumo calórico en apenas 300 calorías más al día. Y siempre tomar agua y mantenerse activas en la medida que los doctores lo permitan.
Comer sano, todos los días ¡es posible!
Pareciera que cada vez es más difícil comer sano en forma diaria. Y la experta en nutrición admite en que el ritmo de vida acelerado quita tiempo para organizar y planificar la comida de cada día, lo que hace que muchas veces terminemos optando por alimentos bajos en nutrición, con mucha azúcar, mucha sal e ingredientes químicos que nuestro cuerpo ni siquiera sabe procesar.
Pero Gabriella también reconoce que hoy, más que nunca, tenemos acceso a comidas saludables, y esa alternativa a lo procesado es a lo que debemos recurrir. Esto se puede lograr con un simple paso: la planificación.
Por ejemplo, ella sugiere aprovechar el fin de semana para planificar las comidas del día y a la hora de cenar afuera, optar por restaurantes con menús saludables. Organizarse con la comida ayuda a tener una alimentación nutritiva pero también ayuda a tener una economía familiar más organizada ya que evita el desperdicio de alimentos.
Y esto es algo que pueden aprender nuestros hijos desde pequeños y que pueden también aplicar cuando se convierten en adultos jóvenes y se mudan fuera de la casa para estudiar en la Universidad.
Lamentablemente muchos chicos llegan al ‘College’ sin idea de cómo cocinar, ni menos aún cómo hacerlo en forma nutritiva para que que puedan estudiar y rendir más en sus clases y para que, en el futuro, no sufran problemas de salud por una dieta pobre en nutrientes.
En ese caso, Gabriella sugiere que, además de enseñarles en la casa, es una idea que los jóvenes visiten algún experto en nutrición y tomen cursos de cocina antes de empezar la Universidad, una inversión de tiempo y dinero que será siempre redituable.
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