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Kevin Spacey

Baby Driver, la nueva película de Edgar Wright, se perfila como uno de los estrenos del año

Publicado 5 Jun 2017 – 04:30 PM EDT | Actualizado 23 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
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El director inglés Edgar Wright consolidó su renombre internacional con la aclamada trilogía de los tres sabores Cornetto, formada por Shaun of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) y The World’s End (2013).

Tres películas que comparten entre sí, además del guiño de la marca de helado que comenzó como «un chiste tonto» y terminó por darle nombre a la trilogía, gran parte del elenco (Simon Pegg, Nick Frost, Julia Deakin, Martin Freeman, Bill Nighy y Rafe Spall), y el distintivo sello de comedia del director, enmarcado en su propia aproximación a géneros clásicos del cine como el horror zombie, la buddy cop movie y la ciencia ficción apocalíptica, respectivamente.

La gran repercusión que tuvo la trilogía le abrió al director las puertas a otros proyectos más ambiciosos y de alto perfil.

Aproximación a los blockbusters

En 2010 Wright dirigió la adaptación Scott Pilgrim vs. The World, basada en la novela gráfica de Bryan Lee O’Malley, y demostró lo que era capaz de hacer con un presupuesto 10 veces mayor que el de sus películas independientes.

Otro proyecto, que iba a significar su incursión en el mundo de los blockbusters de superhéroes, resultó fallido: Wright estaba trabajando en una película live-action de Ant-Man desde 2006, y cuando Marvel finalmente decidió que era hora de incluir esta película en su universo cinematográfico, él era la opción lógica para dirigirla.

Sin embargo, durante la producción Edgar Wright y su colaborador Joe Cornish abandonaron el proyecto citando el clásico argumento de las «diferencias creativas».

Se puede suponer que Wright tenía una visión bastante personal para la película, mientras que Marvel buscaba un enfoque que se acompasara al estilo general de toda la franquicia, que ya posee una fórmula bastante establecida (y de probado éxito).

De todas maneras, elementos del guión de Wright y Cornish se mantuvieron en la película, y se notan, siendo Ant-Man en cierto sentido también un guiño/ homenaje a un género clásico (las películas de robos) en tono de comedia y protagonizada por un peculiar superhéroe.

Ahora, cuatro años después del fin de la trilogía Cornetto y de su última película como director, Edgar Wright regresa, y finalmente con un blockbuster hollywoodense con todas las letras, su primera película filmada en los Estados Unidos: Baby Driver.

Velocidad, música y criminales

Nuevamente, la película parece una variación de una historia clásica del cine: la del antihéroe que decide alejarse definitivamente del mundo criminal y comenzar una vida honesta, para lo que se ve obligado a realizar un último trabajo.

Wright ha dicho que una de sus inspiraciones es la película The Driver (1978) de Walter Hill, un clásico recordado por sus innovadores escenas de persecución a alta velocidad y por su taciturno héroe con impresionantes habilidades al volante al que todos los criminales quieren contratar porque la policía nunca lo atrapa.

Una película que ha inspirado a otros directores como Quentin Tarantino y Nicolas Winding Refn, cuya película Drive (2011) es también un homenaje explícito a aquella.

El héroe es interpretado por Ansel Elgort, estrella de adaptaciones de bestsellers adolescentes como la serie Divergente y Bajo la misma estrella.

Baby, como se lo conoce, es un joven conductor que se especializa en trasladar a criminales en su fuga, mientras escucha sus canciones favoritas, ya que la música eleva su concentración y sus reflejos, que son los que lo hacen el mejor en su oficio.

Como siempre sucede, sin embargo, Baby conocerá a la chica de sus sueños, interpretada por Lily James, y esto es lo que lo llevará a tomar la decisión de abandonar su vida criminal.

Desafortunadamente para él, esta oportunidad de salirse quedará amenazada cuando se ve obligado a trabajar para un misterioso criminal en una misión destinada al fracaso.

El bajo mundo criminal que frecuenta el protagonista se ve como uno de los aspectos más atractivos de la película, poblado por personajes muy prometedores y un elenco potencialmente infalible: Kevin Spacey es el jefe mafioso que encarga a Baby su último trabajo; Jon Hamm es un ex operador de Wall Street devenido en ladrón de bancos (un personaje que Wright escribió específicamente para él); Jamie Foxx es un ladrón impulsivo y siempre ostensiblemente armado; Jon Bernthal y Flea completan la banda de ladrones.

Edgar Wright se ha caracterizado por darle un papel central y hacer un uso muy ingenioso de la música en sus películas, basta recordar la batalla musical en Scott Pilgrim, la escena de “Don’t Stop Me Now” en Shaun of the Dead, o la de “Alabama Song” en The World’s End.

Baby Driver, cuyo título mismo es una referencia musical (es el nombre de una canción de Simon & Garfunkel) y con un protagonista melómano, no es la excepción.

El soundtrack de la película ha sido uno de los aspectos más destacados, y acorde con esto, hace algunos días se difundió el tracklist completo de la banda de sonido, que incluye nada menos que 30 canciones, desde Simon & Garfunkel, The Beach Boys y Barry White, pasando por Beck, Blur y Queen, hasta Jon Spencer Blues Explosion, The Damned y Danger Mouse.

De hecho, la idea para esta película se le ocurrió a Wright a mediados de los 90, y ya la había plasmado en el videoclip de “Blue Song”, que dirigió en 2003 para la banda Mint Royale.

En el video aparece su frecuente colaborador Nick Frost, interpretando a un ladrón de bancos, mientras Noel Fielding aparece como el conductor melómano.

Baby Driver tuvo su estreno anticipado hace unos meses en el festival South by Southwest, lo que permitió que ya se difundieran algunas reacciones por parte del público y la crítica.

La película ha sido aclamada. En el sitio Rotten Tomatoes, que recoge hasta el momento las reseñas de 23 críticos, Baby Driver tiene un 100% de aprobación.

Baby Driver se estrena a fines de junio en cines de todo el mundo.

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