A 35 kilómetros al norte de Kuching, en la isla de Borneo (Malasia), se lleva a cabo anualmente, y desde 1998, la celebración de un festival que alberga a todas las culturas del mundo, a modo de microcosmos musical en el que tienen cabida desde artistas pintorescos hasta talleres de artesanos, pasando por celebraciones étnicas y, ante todo, una cercanía poco usual en un evento musical.