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"Lo hicieron con refinamiento, de una manera sorprendente", dice el exdirector del FBI sobre la presunta intervención rusa. Pero asegura no tener información sobre las posibles acciones que el presidente Donald Trump haya ordenado para hacerle frente a este tema. Indica que a él no le pidió nada específico en este caso.

El país vive momentos de incertidumbre por las declaraciones de varios funcionarios del gobierno sobre la presunta intervención de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales, pero el más esperado es el del exdirector del FBI, James Comey, a quien el presidente Donald Trump le habría pedido que detuviera las investigaciones. La expectativa crece con las horas.

La comediante se disculpó por la broma en la que mostró la cabeza del presidente Donald Trump ensangrentada, lo que le ocasionó la cancelación de varios contratos, entre ellos su trabajo en CNN. La abogada argumentó que este hecho envía el mensaje de que quien critica al mandatario debe pagar las consecuencias.

Se espera que el exdirector del FBI llegue al Congreso después del Día de la Recordación, que es el lunes 29 de mayo. Washington Post reportó que la investigación del 'Rusiagate' identificó a un alto funcionario de la Casa Blanca como persona de interés significativo.

Una persona cercana aseguró que el exdirector del FBI se sintió muy incómodo en una reunión con el presidente a principios de este año y, aunque trató de evitar el saludo, no tuvo otra opción que darle un abrazo al mandatario.

Según The New York Times, el presidente Trump durante una conversación privada en la Casa Blanca le habría pedido al exdirector del FBI que dejara de lado las indagaciones sobre el entonces Consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, por sus supuestos contactos con funcionarios rusos durante la campaña.

Una parte del documento escrito por James Comey y compartido con funcionarios del FBI relata que el presidente le pidió cerrar la investigación del exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Michael Flynn.

Continúan las reacciones al despido sorpresivo del director del FBI, James Comey. El exdirector nacional de inteligencia, James Clapper, expresó sus fuertes preocupaciones por la acción de Trump, y ha creado más alarma entre los políticos de los dos partidos. Según este alto exfuncionario, las instituciones democráticas de Estados Unidos estarían amenazadas por el errático comportamiento del presidente.

Con frases de autoayuda, religión y nacionalismo; el presidente Donald Trump dio su primer discurso de graduación en la Universidad Evangélica Liberty, en Virginia. Mientras tanto, su fiscal general Jeff Sessions comenzaba el proceso de selección del nuevo director del FBI, quien reemplazaría a James Comey.

Carlos Chirinos, editor de Política de Univision, expresa que el exdirector del FBI podría ser llamado por el Congreso para testificar sobre los supuestos nexos del mandatario republicano con Rusia.

Según indicó el diario, el exdirector del FBI se habría limitado a garantizar honestidad frente a la investigación de los nexos entre EEUU y Rusia. No obstante, Comey le habría asegurado a Trump que él no estaba bajo investigación.

El exdirector del Buró Federal de Investigaciones les expresó en la misiva que deben dejar el tema a un lado y enfocarse en lo que sigue. Andrew McCabe, nuevo director interino de esta agencia, dijo ante el Comité de Inteligencia del Senado que la Casa Blanca no intenta frustrar la investigación sobre los presuntos nexos con Rusia.

La sorpresiva destitución del director del FBI, James Comey, ha provocado mayormente reacciones partidistas. Los demócratas la han criticado fuertemente, mientras que muchos republicanos la han defendido, con algunas excepciones.

El presidente Trump y sus voceros defendieron el despido de James Comey diciendo que había perdido la confianza de los estadounidenses. Pero algunos demócratas lo calificaron de "un abuso de poder" de Trump.

El presidente Donald Trump defiende su decisión de despedir a Comey, mientras muchos sectores políticos cuestionan los argumentos y aseguran que tiene que ver con las investigaciones que adelantaba el FBI sobre la presunta intervención de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales.

El repentino despido ocurre después de que Comey rindiera declaraciones ante el senado sobre posibles conexiones entre Rusia y la campaña electoral de Donald Trump.