Tras cinco años de vivir en EEUU y sin acceso a tratamiento médico para un cáncer de tiroides, Karen Flores tomó la dolorosa decisión de 'autodeportarse' a Honduras junto a sus hijos. En el aeropuerto de Tegucigalpa, su madre y su hija la recibieron entre abrazos, lágrimas, flores y globos. Ahora, rodeada de su familia, dice estar lista para luchar contra la enfermedad.
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