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Curiosidades

Momentos de tu vida que no deberías elegir para hacerte un tatuaje

Publicado 6 Sep 2015 – 05:00 PM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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Si bien muchas personas que se disponen a tatuarse prefieren allanar el terreno con calma y previsión, otras muchas sucumben a este arte de un modo impulsivo, sin medir la calidad del diseño ni las consecuencias de sus acciones.

Esperamos que, tanto si quieres tatuarte ya como esperar un poco, tengas en cuenta estos momento de tu vida que no deberías elegir para hacerte un tatuaje

Fase de enamoramiento

Cuando comenzamos a conocer a una persona y nos gusta todo es pasión y desenfreno, fases que nos pueden impulsar también a tatuarnos el nombre de esa persona por la que perdemos el sentido. Pasan los días, después los meses, y te das cuenta de que esa persona no era la adecuada para ti y que el tatuaje que luces es más difícil (y caro) de borrar de lo que creías. Uno de los errores más comunes.

Graduación universitaria

Cuando recién terminamos la universidad, descubrimos ante nosotros un mar de posibilidades entre las que, claramente, cuenta la de encontrar trabajo.

En el caso de algunos, la opción de tatuarse es también una de ellas, aún sin pensar que en una de las muchas entrevistas que realizará para encontrar el trabajo soñado puede que la empresa encuentre en tu tatuaje la perfecta excusa para no contratarte. 

Tu primer día como budista

Nuestra fe va y viene, y al igual que en la adolescencia podemos ser fieles siervos de Jesucristo, quizás a los 30 descubramos que el budismo casa mejor con nuestro estilo de vida.

Al igual que sucede con otras muchas ideologías, la religión es algo que no debería ser motivo de tatuaje, no sólo por su carácter privado o condición de etiqueta, sino porque en estos tiempos las creencias van y vienen con mayor facilidad.

Pero si no quieres hacernos caso puedes inspirarte con algunos de estos tatuajes budistas.

Antes de las Elecciones

He aquí otro ejemplo de ideología caprichosa. Eres un ferviente admirador de tu partido y, para animarle, decides tatuarte el rostro de su presidente o el símbolo representativo como un modo de confirmar tu férrea opinión política.

Luego pierden, pero no pasa nada, meses después te quejas porque cada uno que ve tu tatuaje inicia la típica tertulia política y, finalmente, vista la gestión de ese partido, terminas por ser un "convertido" más con el tatuaje equivocado. 

Cualquier momento de la adolescencia

Todos los momentos anteriores podrían tener cabida en una etapa adolescente en la que, al igual que disfrutamos de los momentos más alocados de nuestra vida, también tomamos algunas de las decisiones más ilógicas de la misma.

La mayoría de tatuajes que los adolescentes se realizan son vistos diez o quince años después como el producto más terrorífico de una época en la que ciertos aspectos aún no estaban del todo definidos.

Estos momentos de tu vida que no deberías elegir para hacerte un tatuaje pueden resultar, al menos en el caso de algunos, inimaginables y hasta retorcidos. Sin embargo, recordad que si aún existen personas que se tatúan símbolos satánicos o sogas alrededor de su mano, la opción de que un individuo se tatúe la imagen de un político es más que posible.

¿Cual de estos momentos te parece el más hilarante y, al mismo tiempo, poco acertado? 

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