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Organización de las Naciones Unidas

El coronavirus borró los avances laborales de las mujeres en América Latina, recuperarlos exigirá un titánico esfuerzo

América Latina retrocedió una década en la participación laboral de las mujeres. Maria-Noel Vaeza, directora Regional de ONU Mujeres para la región explica a Univision Noticias las razones y el esfuerzo para retomar lo que se había avanzado.
8 Mar 2021 – 04:59 AM EST
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Además de la crisis de salud de la que a fuerza de vacunas y mascarillas el mundo trata de salir, la pandemia de coronavirus ha desatado una crisis económica de dimensiones épicas que ha dejado en situación de vulnerabilidad a millones de personas a nivel global.

La debacle económica no ha dejado nación sin impactar generando niveles críticos en especial en partes del mundo que ya tenían altos niveles de inestabilidad económica.

Es el caso de América Latina y el Caribe en donde la pobreza y la pobreza extrema "alcanzaron en 2020 niveles que no se han observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente", según un informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).


Estos números se traducen en un total de 209 millones de personas pobres a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior. De ellos, 78 millones están en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.

La pandemia llegó a un escenario económico complejo de una región en la que el bajo crecimiento se conjuga con el aumento de la pobreza y las tensiones sociales, sumado a las desigualdades estructurales en las que las mujeres suelen ser las más vulnerables.

Las mujeres hacen más trabajos no remunerados

¿Por qué las mujeres son las más expuestas? Porque existe una asimétrica división sexual del trabajo y la organización social del cuidado del hogar, de los niños y personas enfermas, que en tiempos de pandemia han pasado a estar casi todo el tiempo en casa.

Esos trabajos que no son remunerados, como atender a los niños, sus clases online o cuidar a un pariente enfermo, recaen en su mayoría en hombros de las mujeres, millones de las cuales se vieron forzadas a abandonar la fuerza laboral por despidos y quienes en un panorama pandémico y pospandémico les costará mucho más volver a reintegrarse.

"Las mujeres trabajaron hasta una semana más por mes en virtud del aislamiento, debido a que los niños están en el hogar, o el cuidado de enfermos, porque no nos olvidemos que la mayoría de los enfermos de covid se quedaron en sus casas, ¿a cuidado de quien? De las mujeres", indica a Univision Noticias Maria-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

"Este es (un reflejo) de la falta de corresponsabilidad, de reconocimiento y de redistribución del trabajo no remunerado que, al contrario, aumentó" en detrimento de las mujeres, añadió.

El tema de las labores no remuneradas en la casa es parte de "un molde cultural enraizado en el que los hombres no realizan tareas no remuneradas", explica Vaeza, que destaca que las mujeres que están trabajando "luego deben ayudar por horas a los niños a estudiar en línea. Es básico, que haya este reconocimiento, que haya redistribución de esas tareas y reducción también del trabajo no remunerado".

Las mujeres son las 'cuidadoras'

El cuidado es una función social de la que se encarga la familia que suele ser no remunerada. En otros casos es mal remunerada. Pero en casi todos, es ejercida por mujeres.

Es la llamada 'economía del cuidado', en la que se contemplan el trabajo doméstico o el cuidado de personas, en condiciones de empleo suelen ser de precarización, salarios bajos y sin acceso a beneficios o seguridades sociales, Algo que hace que no tengan estabilidad económica.

El año previo a la pandemia, "alrededor de 13 millones de personas se dedicaban al trabajo doméstico remunerado (91,5% eran mujeres)" englobando al 11,1% de las mujeres ocupadas en la región.

La pandemia golpeó fuertemente ese sector, con caídas de más del 46% según el país. Se trata de un empleo que, además, es imposible de realizar a distancia.

Vaeza detalló en entrevista con Univision Noticias que desde la Oficina Regional bregan para la "creación de sistemas nacionales de cuidado, que sean mixtos, y que les permitan a las mujeres tener el cuidado básico para sus niños sus niñas, para sus adultos mayores".

"Estamos bregando para que el cuidado sea un derecho, reconocido por la sociedad y el Estado. Esto puede llevar a que se vea con otros ojos el valor del cuidado y ver que hay una división de ese trabajo no remunerado que viene de siglos en los que la mujer se quedaba en la casa".

10 años de retroceso para las mujeres

Se calcula que la crisis económica generada por el coronavirus causó un retroceso de "más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral" de las mujeres, indica un estudio hecho por CEPAL en América Latina y el Caribe.

Vaeza explica que el coronavirus ha dejado al descubierto esta "falta de oportunidades" para las mujeres "que resulta en una reducción de la participación de ellas en la economía. Nos ha llevado 20 años subir un 10% (esa participación) y ahora la pandemia reduce esa ganancia" en apenas un año.

Según el organismo de Naciones Unidas, un "56,9% de las mujeres en América Latina y un 54,3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos por causa de la pandemia".


La reinserción será difícil para las mujeres precisamente por ser esos sectores los más golpeados, indica la experta en políticas públicas de la ONU. "No nos olvidemos que muchas mujeres en nuestra región trabajan en la informalidad o también en los sectores más afectados como la hostelería", añade.

Por ejemplo, el cierre de fronteras y las restricciones de movilidad han impactado en las trabajadoras y empresarias vinculadas a los sectores del comercio y turismo. En la industria de la hostelería, el organismo de la ONU calcula que el 61,5% de los puestos de trabajo están ocupados por mujeres, justamente una de las industrias que sufrieron el mayor desplome a causa de la pandemia. Esto afectó a los países del Caribe en los que una de cada 10 mujeres están ocupadas se concentra en este sector.

La recuperación

En el sector de la salud, la situación desigual para las mujeres proyecta con la misma sombra. Las mujeres de la región representan cerca de un "73,2% de las personas empleadas en el sector de la salud", indica la ONU, y que durante la pandemia han estado en primera línea de fuego frente al virus.

Sin embargo, los ingresos de las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud son "un 23,7% inferiores a los de los hombres del mismo sector", según indica el organismo.

Ampliar el mercado laboral para las mujeres es clave para que puedan volver a ganar parte del terreno perdido durante la pandemia. En ese contexto, desarrollar y profundizar el acceso a la tecnología, a la internet y los trabajos digitales que este nuevo contexto laboral mundial puedan ofrecer pueden ser claves. Esto podría ayudar a redistribuir un poco la sobrecarga que las mujeres tienen de trabajos no remunerados.

"Es crucial ampliar el acceso de las mujeres a más a los trabajos que la tecnología puede ofrecer. Crucial que las mujeres puedan romper la barrera de la tecnología y entrar al mundo tecnológico", indicó Baeza quien añadió que "cerca del 40% de las mujeres latinoamericanas no tienen acceso a la infraestructura básica de internet, entonces están fuera de lo que está pasando en materia de trabajos en línea".

Para ello, la experta detalló que desde el organismo internacional proponen la formación de "canastas básicas digitales para que las mujeres puedan tener acceso al comercio online y a una cantidad de aspectos a los que no tienen acceso". La propuesta está siendo estudiada en varios países como Chile, Costa Rica y Panamá.

Como conclusión, la experta analiza que si se quiere reducir la histórica brecha de desigualdad para las mujeres en la región hacen falta una batería de políticas. Algunas de ellas incluyen la ampliación del acceso al mundo tecnológico; la inclusión de las mujeres en los gastos que hacen los Estados en contrataciones de obras y servicios (las empresas manejadas por mujeres acceden a apenas el 1% de los contratos pagados con presupuestos nacionales, indicó la directora regional de ONU Mujeres); ampliar el acceso a préstamos y redistribuir la carga de esos trabajos no remunerados.

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