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Miami

Restaurant Garcia’s: el sueño americano de una familia cubana en Miami

La familia García, dueña del restaurante Garcia’s Seafood Grille & Fish Market, a la orilla del Río Miami, cuenta su historia, similar a la de la mayoría de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos. La familia García huyó de la dictadura cubana buscando la libertad para trabajar y lograr el sueño americano.
Publicado 6 Feb 2023 – 12:56 PM EST | Actualizado 10 Feb 2023 – 01:01 PM EST
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Miami, hoy por hoy una de las ciudades más glamorosas de Estados Unidos, ha sido durante décadas el puerto de llegada de una comunidad que huye de una salvaje represión y las cadenas de una dictadura comunista. Es el caso de un grupo de hermanos, los García, que llegaron decididos a ganarle a su destino y cumplir su sueño americano.


Y fue en medio de esta lucha como se creó Garcia’s Seafood Grille & Fish Market, una de las joyas culinarias con sello cubano más tradicionales y visitadas de Florida, ubicada en la parte norte del río Miami.

La historia de Garcia’s

La historia de Garcia’s se remonta a mediados de los años 60’s, tras la llegada a Miami de tres hermanos cubanos que dejaron la isla durante la dictadura de Castro y trajeron con ellos la tradición familiar de la pesca y la venta de comida basada en mariscos.

“El nombre de mi papá es Esteban García. Él vino de Cuba y empezó trabajando al cruzar la calle en un lugar que se llamaba National Fisheries. En Cuba teníamos un negocio de mariscos, el cual se lo habían quitado a él y a mis tíos. Él vino para acá y como él no sabía más nada, empezó trabajando en una corporación de mariscos. Ellos empezaron pescando”, dice un emocionado Luis Esteban García, uno de los dueños del restaurante.

Al poco tiempo de haber llegado a Miami, los García abrieron un restaurante similar al que tenían en Cuba, en el sector de la Pequeña Habana, y lo llamaron La Camaronera.

Este primer negocio tuvo mucho éxito y a Esteban se le ocurrió abrir otro restaurante para dejar un legado a sus hijos, y vio el potencial de desarrollo que tenía el área del río Miami, aunque no todos en la familia lo vieron.

“Yo me acuerdo que mi mamá estaba bien brava. Siempre estuvo brava por la propiedad esta”, dice Luis Esteban.

Y tal vez no era para menos, y de esto da cuenta Luis Esteban, quien recuerda que la propiedad antes de convertirla en un restaurante era una gasolinera de barco y que los primeros 25 años en el lugar fueron difíciles, hasta el punto que se veían obligados a cerrar a las 5:00 pm, ya que el barrio era bastante peligroso.

Pero a pesar de la desconfianza de algunos en la familia, Esteban García puso todo su empeño para sacar adelante su sueño americano.

“Mi papá estaba aquí a las cinco de la mañana. Era un hombre muy trabajador. Él era una persona que estaba puesta para el negocio y para poder tener algo y dejarnos a nosotros algo. Lo único que él entendía era… no sé si esta es la mentalidad del inmigrante, que él quería echar pa’ lante y tener a su familia en una posición donde estaban bien”, dice Luis Esteban, quien tiene que respirar profundo y secarse las lágrimas mientras dice esto.

La magia de Garcia’s

“Garcia’s fue, en verdad, muy arriesgado, porque abrió una pescadería y un restaurante en un área que alguna vez fue muy peligrosa”, dice el historiador experto en el río Miami, Ben Torrens.

El experto agrega entonces cuál es la magia de este lugar único en el río Miami.

“Lo especial de Garcia’s es que en verdad es uno de los restaurantes originales que tenemos en el río. Tener acceso a un restaurante frente al agua, en especial para los habitantes regulares de la ciudad y, probablemente más importante, el hecho de que era un restaurante cubano, estaba atrayendo a la diáspora a Miami para compartir el amor por el pescado y la cultura, con una ciudad que florecería gracias a este”, agrega Torrens.

Un negocio familiar

Después de varios años de trabajo con su padre, Luis Esteban y su hermano quedaron a cargo del restaurante y se empeñaron en mantener los valores y originalidad que lo convirtieron en un negocio exitoso.

“Soy más o menos como el director del circo. Estoy tratando de que en la cocina salga la comida a tiempo, que la gente se sienta cómoda; entonces hago un poquito de todo. Yo creo que los empleados son una parte bastante grande de que nosotros hagamos las cosas bien”, dice Luis Esteban García.

Y así, en tono bromista, señala a uno de los meseros del lugar, de quien dice que lleva 20 años trabajando con él, que ha tratado de “botarlo” unas cinco veces, pero “no me deja botarlo”, lo que despierta las risas del empleado. “Ojalá que dure veinte (años) más porque es uno de los mejores empleados que tengo. Lo quiero de verdad, como si fuera familia”.

Y ya en un tono más serio, Luis Esteban cuenta que el proceso a veces empieza a las cuatro de la mañana.

“Yo no voy a estar ahí, mi papá sí estaba ahí. Ellos se levantan a las cuatro de la mañana. Mi hermano sí lo hace, de vez en cuando, mi hermano sí lo hace. Mi hermano trabaja más que yo, mil veces trabaja más que yo”, dice Luis Esteban.

Después, cuenta que todas las mañanas tienen una lista de las cosas que hacen falta y uno de los dos va al almacén donde están los barcos de pesca, y traen la mercancía fresca.

Famosos que visitan Garcia’s

Aunque al restaurante Garcia’s llegan muchas celebridades, el lugar se mantiene fiel a su origen humilde, preserva los valores familiares y ese toque casero en sus platillos.

El plato que más piden, explica su dueño, es la rabirrubia de pargo. El segundo, el mahi mahi.

“Aquí ha entrado Sandra Day O’Connor, jueza de la Corte Suprema de Justicia; Martha Stewart; LeBron James, doscientas veces; aquí ha entrado la gente más famosa del mundo”, dice Luis Esteban.

Y todo esto mientras el área del río Miami se ha desarrollado de tal manera que ahora es una de las más apetecidas para quienes buscan vivir en un sector exclusivo. Ahora, tener un negocio en este sector ya no es una apuesta arriesgada, sino todo un lujo.

“El río ha cambiado muchísimo, ahora la gente más rica de Miami y con los carros más fancy (lujosos) de Miami vienen por aquí y se estacionan aquí en el río”, dice Luis Esteban.

Y ahora este hijo le puede preguntar a su mamá qué piensa del lugar que no le gustaba nada cuando su papá inició el negocio y al que visitan desde el hombre más sexy del mundo (David Beckham) o deportistas tan famosos como David Ortiz (exbeisbolista de los Medias Rojas de Boston), Lebron James (estrella de baloncesto de la NBA) o Martha Stewart y Anthony Bourdain.

Pero la respuesta no es la que espera porque, dice Luis Esteban, su madre los botó de la cocina y son ellos los que terminan queriendo tomarse una foto con ella.

El ejemplo de esta familia viene de una madre y un padre, la primera a la que no le interesa el glamur ni ser famosa, y el segundo, un trabajador incansable.

“Ahora que tengo cincuenta y dos (años) estoy empezando a entender a mi papá”, concluye Luis Esteban García.

Entiende a su padre y entiende un sueño, el sueño de los inmigrantes que huyen de una realidad que les hace imposible salir adelante, y llegan al país que le da una oportunidad a todos, sobre todo a quienes trabajan arduamente, con el amor y el entusiamo que le ponen los hermanos García.

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