Te estás perdiendo estas 5 experiencias por alojarte siempre en hoteles cuando viajas
Cuando viajamos, la elección de un hotel es algo automático en el caso de ciertos turistas. Sin embargo, a la hora de dormir o descansar existen otras muchas alternativas que convierten el simple hecho de alojarnos en un hotel en algo genérico y hasta aburrido.
Piensa en estas 5 experiencias que te estás perdiendo por alojarte en hoteles y procura reinventarte durante tu próximo viaje.
1. Dormir en la playa
Aunque pasar la noche en la playa sea ilegal en varios países y no sea del todo seguro en según qué lugares, plantearse sustituir el colchón por la arena y dormitar bajo miles de estrellas mientras el rumor del mar nos envuelve no sólo es una idea económica, sino también mágica y ciertamente bohemia.
Elige la playa apropiada, infórmate y disponte a desplegar el para-vientos o la esterilla antes de fundirte con la naturaleza en ese entorno único.
2. Reuniones viajeras de los hostels
Los llamados "youth hostels" se caracterizan por sus bajos precios y la posibilidad de dormir aglutinados en una misma habitación con otros cinco mochileros. Algo que, en un primer momento, puede causar cierto rechazo pero cuyo encanto viajero descubrimos en esos salones de reunión en los que el ambiente parece algo más nómada, alguien toca la guitarra y las conversaciones viajeras se despliegan a lo largo y ancho de la estancia mientras tomamos una cerveza.
Puro encanto viajero y gracias al cual puedes conocer un montón de gente.
3. El encanto de un huerto
Como bien hemos comentado en más de una ocasión en iMujer, el ecoturismo se ha convertido en una modalidad turística emergente cuyo propósito es ofrecer experiencias sostenibles y, ante todo, mucho más auténticas y orgánicas.
En el caso de hospedarnos en una finca ecológica, sea en Eslovenia, en las Islas Baleares o Costa Rica, el hecho de despertar y sentarnos frente a un desayuno compuesto de leche, frutas y huevos ecológicos supone toda una experiencia que aumenta considerablemente la calidad de la estancia. Si, además, podemos trabajar en el huerto, la diferencia entre sentirte local o turista es prácticamente inexistente.
4. A solas con el desierto
Puede que, aunque estés de viaje por Marruecos, lo tuyo no sea dormir en el desierto, contentándote con una visita que finaliza en un hotel o, como mínimo, un lodge sofisticado entre las dunas del Sáhara.
En Ouarzazate o Zagora, al sur de Marruecos, las tribus bereberes ofrecen estancias en sus campamentos nómadas, una ocasión ideal para disfrutar de un nuevo tipo de alojamiento que complementaremos con paseos en camello, bailes junto a las hogueras y momentos de contemplación en un desierto donde el silencio parece más poderoso que en cualquier otro lugar del mundo.
5. Dormir en el aire
En 2015, varias aerolíneas, entre ellas las asiáticas Korean Air o Singapur Airlines, han incluido la posibilidad de alojamiento en sus propios vuelos. Cabinas de aspecto futuristas compuestas de camas o tumbonas que permiten conciliar el sueño del mismo modo que harías en un alojamiento corriente y cuyo atractivo no sólo reside en la experiencia de dormir a 30 mil pies sobre el suelo, sino de aprovechar el tiempo de camino a un destino que abrazaremos algo más despiertos.
Estas 5 experiencias que te estás perdiendo por dormir en hoteles harán de tu viaje algo menos convencional y mucho más alternativo. En un turismo cada vez más fundido con la naturaleza, el confort y la innovación, experiencias tan sencillas como dormir en la playa, u otras más sofisticadas como hacerlo en nuestro propio vuelo se convierten en alternativas idóneas para convertir nuestra travesía en algo más especial de lo que habríamos imaginado.
¿Qué alternativa has utilizado tú en lugar del típico hotel?
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