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El cielo de la Antártida en 10 fotos tan impactantes que te dejarán sin palabras

Publicado 10 Dic 2018 – 11:22 AM EST | Actualizado 24 Ene 2019 – 10:24 AM EST
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Hemos escuchado miles de veces esa idea de tener un trabajo que sea una pasión y nos permita ser felices y disfrutar de lo que hacemos. Resulta que la argentina Jorgelina Álvarez es un ejemplo muy claro de que eso es posible. Meteoróloga, decidió juntar su trabajo con un hobby y viajó a la Antártida por un año para aprender como autodidacta a ser astrofotógrafa.

A base de prueba y error, Jorgelina comenzó a tomar fotografías con su cámara profesional en tiempos de exposición muy largos para obtener las fotografías del cielo antártico más hermosas que jamás veremos. Y cada segundo fue determinante a la hora de tomar una foto perfecta del cielo antártico:

«Se ocultaba nuestra estrella [Sol], y yo estaba expectante sobre si las condiciones atmosféricas iban a dejarme salir a admirar y fotografiar todo el universo que me rodeaba. Por eso, cada noche que sí podía astrofotografiar, era especial», contó Álvarez en entrevista con VIX.

La fotógrafa logró transmitirnos lo que se siente estar en medio de la nada, rodeada de tanta belleza astronómica y con su trabajo: ¡compruébalo por ti mismo! A continuación, te mostramos el resultado de esta experiencia capaz de dejar a cualquiera sin palabras.

Las fotografías más increíbles del cielo de la Antártida

Escorpión

«Llegué a Marambio en noviembre y recién en marzo pude fotografiar un paisaje astronómico. La razón es que hasta ese momento no teníamos noches: durante diciembre y enero tenemos luz del sol durante las 24 horas. La foto es de un cielo nocturno».

Baile planetario


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«Había luna llena y nubes altas, llamadas Cirrus Stratus. El halo lunar que ven fue causado por las partículas de hielo en suspensión en la tropósfera que refractaron la luz y generaron un espectro de colores. Se ven, además, Marte y Júpiter y, sobre el paisaje terrestre, lo que se conoce como “Mar de nubes”».

No somos más que polvo de estrellas

«El nombre hace alusión a la frase del gran científico Carl Sagan».

Planetas

«Se pueden apreciar, por un lado, Marte, Saturno, Júpiter y Venus. Además, se ve una luz en forma triangular, llamada “luz zodiacal”, que solo puede verse en regiones en las que hay poca o nula contaminación lumínica. Además, se ve el brazo espiral de la Vía Láctea, que recorre casi todo el cielo. Al momento de hacer esa foto la sensación térmica rondaba los 38 grados bajo cero.»

Isla Cockburn

«La foto fue hecha durante una noche soñada de junio, con temperaturas agradables, viento casi calmo y cielo despejado. Se ven Júpiter y Marte, dos galaxias vecinas (los dos manchones blancos arriba a la izquierda), la nube mayor y menor de Magallanes y el brazo galáctico. El mar de Weddell en su momento de máxima congelación y la isla Cockburn (al centro)».

Twin lácteo

De acuerdo con Jorgelina, «Las Águilas», como llaman a los pilotos y a los mecánicos del avión Twin Otter, sacaron la aeronave solo para que ella pudiera fotografiarla junto a las miles de estrellas que se dejaron ver esa noche.

«Fue una noche hermosa. Hacían dos grados positivos, el viento estaba calmo y el cielo totalmente despejado. Ese es el avión que se usa para volar por la Antártida».

Pabellón científico

El Pabellón «es muy importante porque muchos científicos (meteorólogos, geólogos, astrónomos e ingenieros) acuden ahí para desarrollar sus proyectos. En el cielo, la Vía Láctea».

Torre de control

«La torre es el espacio en el que un controlador (desde octubre es una mujer) se ocupa de guiar los vuelos durante todo el año.»

Full moon

«El cielo se pintó entre la luna y las nubes. La luna llena, en composición con las nubes medias y altas, lograron ese color espectacular. Abajo, los témpanos del mar de Weddell».

Firmamento

«Fue una de las últimas noches despejadas y con oscuridad porque, a partir de octubre, tuvimos solo luz de día. El punto más brillante, casi sobre el horizonte, es Venus; el otro es Júpiter. Sobre el paisaje de la Base Marambio se ve el domo, que sirve para proteger la antena satelital de Arsat.»

No hay dudas de que la experiencia de Jorgelina fue enriquecedora y no solo para ella, sino también para todos los que pudimos ver estas imágenes tan bellas y sentir lo increíble que es estar en la Antártida. «Desde el punto de vista profesional hasta el personal, se aprende todo el tiempo. Es muy intenso lo que se vive día a día», resalta la astrofotógrafa.

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