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Moda

5 maneras en las que deformaste tu cuerpo durante la adolescencia y cómo arreglarlas

Bien lo dice el refrán: "De la moda, lo que te acomoda". Aunque hay ropa y zapatos que lucen fabulosos, así como hábitos de belleza que parecen inofensivos, también pueden ser perjudiciales e incluso deformar alguna parte de tu cuerpo. Si esto te ocurrió desde la adolescencia, te decimos cómo remediarlo.

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Publicado 5 Jul 2024 – 09:23 AM EDT | Actualizado 5 Jul 2024 – 05:34 PM EDT
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Todos cometimos errores durante nuestra adolescencia. No, no. No hablamos de ese novio que, a la fecha, sigues sin entender porqué tuviste. Ese déjalo en el pasado. Nos referimos a cuestiones de salud que no siempre tuvimos en cuenta durante la locura adolescente.

Fuimos imprudentes y es posible que esos descuidos hayan dejado secuelas en nuestro cuerpo que ni siquiera imaginamos. Aquí te compartiremos 5 de ellas y soluciones para que se queden en el pasado (junto con el ex-novio ese):

#1 Eras adicta a los pantalones ajustados y a la cadera

Los pantalones con corte a la cadera fueron la sensación por ahí del año 2000. O tal vez ni siquiera te gustaban tanto, pero como eran los que más vendían en las tiendas, terminaste por tener varios pares. Seguro recuerdas lo incómodos que podían ser por la manera como te apretaban, incluso aunque fueran de tu talla. Aunque fueras delgada, te sacaban unas odiosas llantitas.

Si a ese corte le agregas que los jeans sean ajustados, la receta se vuelve peligrosa. Este tipo de prendas pueden provocar una condición llamada meralgia parestésica, la cual provoca adormecimientos y dolor en los muslos. Doctores del Hospital de la Universidad Saint George descubrieron la relación entre este padecimiento que afecta a los nervios y el uso de pantalones pegados y con tiro bajo.

Solución si siempre usabas pantalones ajustados y a la cadera: libera la presión

Opta por jeans un poco más holgados que no presionen tus nervios. Tampoco es necesario que abandones este tipo de pantalones de por vida, pero trata de no vestirlos todo el tiempo, sobre todo si realizarás alguna actividad física o si estarás fuera de casa durante muchas horas.

#2 Sólo usabas tenis de moda o flats

Aunque este calzado te permitía verte a la moda mientras podías caminar, correr y saltar sin problemas, los zapatos sin ninguna clase de tacón o soporte te traerán problemas en las piernas.

Un tacón alto hace que el peso recaiga sólo sobre la bola del pie o el metatarso. Pero unos zapatos planos provocan que todo el peso se vaya al talón, sin darle soporte al arco del pie. Así lo explicó la podiatra Hillary Brenner. Sean demasiado altos o bajos, ambos pueden desencadenar dolencias en las rodillas y tobillos.

Solución si sólo usabas tenis o flats: agrega un poco de altura

La especialista sugiere caminar con un buen calzado deportivo o un tacón grueso de 2.5 centímetros de alto, no más. Estos evitarán que tus articulaciones sufran ante la presión excesiva gracias al soporte que brindan.

#3 No te sentabas correctamente mientras usabas la computadora

Ah, nada era más bello que pasar horas y horas en Messenger platicando con tus amigos mientras esperabas a que se conectara esa personita especial. Pero podemos apostar a que no nos sentábamos de manera adecuada el 100 % de las veces que pasábamos detrás del monitor.

Las consecuencias de tener una mala postura durante muchas horas son diversas. Dolor en los músculos, articulaciones, fatiga visual y lesiones en manos, muñecas, brazos, cuello y hombros son algunas de las más comunes.

Solución si tenías una mala postura en la adolescencia: cuida tu posición y la de tu computadora

Better Health Channel es un sitio de salud auspiciado por el gobierno de Australia y nos brinda las maneras de prevenir y aliviar estos efectos. Tomar descansos recurrentes para levantarse y caminar es esencial. También lo es mantener la espalda recta, colocar el monitor a la altura de los ojos y conservar los brazos en posición paralela al piso.

#4 Te dormías sin desmaquillarte primero

Nada como experimentar con maquillaje durante la secundaria o la preparatoria. Ya te sentías un adulto como para usar cosméticos, pero no siempre conocías las responsabilidades que vienen con ellos. Uno de los errores más comunes (además de no invertir en marcas de calidad) era quedarte dormida con mascara de pestañas o delineador.


Si pasas la noche con maquillaje en el rostro, no le permites a tu piel respirar y renovarse, lo cual hará que aparezcan las primeras señales de cansancio y envejecimiento, como las arrugas y las ojeras. La marca Neutrogena de productos para el cuidado de la piel también explicó que estos cosméticos tapan los poros, generando acné y puntos negros.

Solución si no te desmaquillabas antes de dormir: el maquillaje está prohibido en la almohada

Evita irte a acostar sin retirar tu maquillaje primero. Seguir una rutina de belleza que proteja tu rostro, lo humecte y revitalice te ayudará atenuar el envejecimiento de la piel y a conservarla saludable.

#5 Tomabas el sol sin aplicarte protección solar

Es durante la juventud cuando más ganas tienes de independizarte y viajar con tus amigos. Salir a parques de diversiones, a la alberca, a la playa... Divertirse fuera era sensacional. ¿Pero cuántas de esas veces te aseguraste de ponerte protector solar antes de salir de tu casa?


El sol daña la piel en diferentes maneras y no todas son tan perceptibles. Resequedad, manchas, arrugas... Tu escudo protector se debilita. La consecuencia más grave es el cáncer de piel. De acuerdo con los expertos de Cleveland Clinic, este es el tipo de cáncer más común en la actualidad.

Solución si no te cuidabas del sol en tu juventud: el bloqueador es tu mejor amigo

No importa que esté nublado, no olvides aplicarte protector solar cuando vayas a pasar tiempo en exteriores. Si te preocupa que tu tez esté demasiado dañada por el sol, lo ideal es visitar a un dermatólogo para que te recomiende un tratamiento acorde a tu tipo de piel.

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