Ikebana: arte floral japonés
Siempre en nuestra casa deben reinar energías positivas ya que eso contribuye a la armonía de nuestro hogar. Y si ponemos al Ikebana (arte floral japonés) sobre nuestra mesa, podemos lograr eso con creces ya que es una práctica milenaria realizada bajo la filosofía del Japón, consistiendo en el amor y el respeto hacia la naturaleza, como una manera de conectarnos con la misma.
De hecho, al practicar el Ikebana, una persona puede expresar su espiritualidad al acercarse a la naturaleza, ya que es una forma de arte que va mas allá de realizar un arreglo floral. Para hacer un arreglo floral bajo los preceptos del Ikebana, se deben usar, hierbas, hojas, flores, troncos, frutos y ramas, buscando combinaciones que sean a gusto de la persona, tomando en cuenta la elegancia y representando su personalidad.
En el mundo occidental se está apreciando mucho la cultura del Japón, como el minimalismo y ahora también el Ikebana. Este último tiene características que lo colocan ante las miradas de quienes lo observan como una obra de arte. El Ikebana propone la existencia de un vínculo entre el aire libre y el interior del hogar y por eso quienes practican esta forma de arreglos florales usan distintos tipos de plantas, dándole protagonismo a ramas sin flores, semillas, hojas y troncos. Si el arreglista decide usar un solo tipo de flor, esta debe combinarse con otro elemento de la naturaleza como los antes mencionados.
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En los arreglos ikebana predominan las formas asimétricas al dejar espacios vacíos, creando composiciones donde reine la armonía en los materiales utilizados, el lugar donde se pone el arreglo floral y el recipiente. El ikebana lo pueden realizar mujeres y hombres y su práctica implica una actividad para meditar puesto que debe realizarse en silencio, de manera que se aprecie cada movimiento mientras se trabaja en el arreglo floral, predominando la paciencia, introspección, observación, como una forma de que en nuestra vida diaria podamos ser tolerantes.