Cómo preparar cócteles con colores rojos y rosados
Probablemente en coctelería tenga la misma importancia el sabor de un buen trago como su presentación. Es por ello que en El Gran Catador procuramos siempre aprovecharnos de consejos de especialistas para lograr combinaciones realmente sugerentes a todos los sentidos y no solamente al gusto. Queremos que vuestros cócteles llamen la atención también a la vista y al olfato, y en este caso te contamos unos trucos para preparar cócteles con colores rojos y rosados.
El rojo: el preferido en coctelería
Aunque se suele decir que para gustos colores, la verdad es que los tonos rojos y rosados son de los que más triunfan en el mundo de los tragos. De hecho, algunos de los tragos más llamativos y originales tienen precisamente este color. No creo que sea un casual. Nuestra cultura asocia el tono al amor, a la pasión, al coraje... Todas ellas cualidades que queremos tener presentes, y por qué no, bebérnoslas trago a trago.
Cómo conseguir tragos de colores rojos
Parece simple, pero no lo es tanto. En realidad, para que un cóctel sea rojo necesitamos elementos de ese color. Hasta ahí, estaba todo claro. Pero hay que buscar que en la combinación domine éste. Por ejemplo, evitando las bebidas alcohólicas muy oscuras, o combinándolas solo con cosas que sepamos que dominarán las mezclas. Las frutas del bosque, las fresas naturales, o la granadina, son siempre una opción ganadora, sea cuál sea la bebida con la que las vayas a mezclar. Aunque menos habituales, las cerezas y los arándanos son siempre una buena combinación.
Y por si no se te había ocurrido nunca. Si en algún momento no hay nada de esto en el mercado, o se te escapa de presupuesto, puedes sustituirlo por mermelada de esas frutas. Eso sí, tendrás que huir luego de azúcares añadidos, porque sino, la mezcla será demasiado dulce.
Hay ocasiones que celebrar que casi siempre asociamos a los colores rojos y rosados, como por ejemplo San Valentín. Pero el rojo es uno de esos colores que en las bebidas siempre consiguen llamar la atención de los invitados y que si logramos un sabor que les agrade, habremos obtenido una doble satisfacción. Les gusta lo que ven, y además les encanta su sabor.