"¡Vengan por mí!", gritaba la atacante que disparó a tres personas en la sede de YouTube
LOS ÁNGELES, California.– Antes de quitarse la vida de un disparo a la cabeza, la mujer que este martes protagonizó un tiroteo en la sede de YouTube, en San Bruno, California, gritaba enloquecida: "¡Vengan por mi!".
Es el testimonio de un empleado del gigante de videos en internet que minutos después de que empezaron los disparos vio a la mujer que gritaba mientras un hombre se quejaba aparentemente de un disparo en el abdomen.
Zach Vorhies, de 37 años e ingeniero de software de YouTube, declaró a la agencia Associated Press que minutos antes de la 1:00 de la tarde empezó a sonar la alarma de incendios del edificio, pero no se imaginaba que se trataba de una situación de tiroteo.
Al salir de las instalaciones de YouTube, ubicadas en el 901 de la avenida Cherry, Vorhies llegó al patio donde había varios empleados a la hora del almuerzo, quienes habían sido sorprendidos por disparos de arma de fuego.
Se quedó paralizado al ver a la mujer que vociferaba: "Vengan por mí" y al hombre ensangrentado, y aún más cuando vio a un policía que llegaba con un rifle de asalto en sus manos, uno de los tantos que respondieron a la emergencia.
Las autoridades policiales han identificado a la atacante como Nasim Aghdam; tenía 39 años y era residente de San Diego, en el sur de California.
Las identidades de las víctimas aún no han sido reveladas, sólo se conoce que el hombre que está en condición crítica tiene 36 años y las dos mujeres, una es de 27 y la otra 36, también heridas de bala, una de ellas en condición grave.
Una de las heridas, quien tenía un balazo en una pierna, recibió los primeros auxilios de un empleado del restaurante de comidas rápidas Carl’s Jr. ubicado al cruzar la calle de la sede de YouTube.
Michael Finney, de 21 años, contó que en medio de la confusión por la gran cantidad de personas que corrían, una mujer asiática llegó al restaurante con una pierna ensangrentada.
Una bala del tiroteo al otro lado de la calle la había impactado cuando se encontraba en el estacionamiento del Carl’s Jr., según le dijo la víctima a Finney.
"Ella estaba bastante tranquila", dijo el empleado del restaurante al diario San Francisco Chronicle. "Conseguí un cordón elástico y lo até alrededor de su pierna para detener el sangrado. Le pregunté por qué alguien le dispararía y dijo que no sabía".
Otro de los que prestó ayuda en medio de la situación de pánico que se vivía fue Luciano Simoes, un conductor de Uber que al enterarse de que había un tiroteo en la zona por donde conducía su camioneta Ford, decidió acercarse para ver cómo podía colaborar.
"Había gente corriendo por la calle", comentó el chofer. "Sólo abrí la puerta y les pregunté si necesitaban ayuda y empecé a subir a quienes salían para alejarlos del edificio de YouTube. En un momento dado, tenía hasta siete personas en el auto".
En uno de los seis viajes que hizo, recordó que un hombre que subió a su vehículo empezó a llorar tan pronto como se sentó.
"El hombre estaba en shock", dijo Simoes, como lo estaba la mayoría de los que escucharon aquellos disparos que acabaron la tranquilidad de San Bruno.