Es el equivalente al Santo Grial de la oncología, pues alberga la promesa de dar con las células tumorales en su fase temprana cuando en teoría hay mejores chances de erradicarlas, de ahí a que el gobierno haga de su estudio uno de los grandes pilares de su plan para “erradicar el cáncer tal y como lo conocemos”. Pero se trata de una meta ambiciosa y que no está exenta de riesgos.