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Narcotráfico

Cadáver encontrado en Sinaloa con un tiro en la cabeza es del narcotraficante 'El Chueco'

Los jesuitas dicen que el hallazgo del cadáver de 'El Chueco' no significa que haya hecho justicia y que el gobierno de López Obrador no tiene control en la región. La orden religiosa prometió permanecer en las montañas Tarahumara, donde durante siglos han atendido a la comunidad indígena rarámuri.
Publicado 23 Mar 2023 – 12:17 PM EDT | Actualizado 23 Mar 2023 – 12:34 PM EDT
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La hermana de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, el líder de una banda de narcotraficantes acusado de asesinar a dos sacerdotes jesuitas el año pasado, identificó un cuerpo encontrado muerto con un tiro en la cabeza en Sinaloa al norte de México como el de su hermano, dijeron las autoridades el miércoles.

El asesinato de los dos queridos sacerdotes jesuitas en junio de 2022 conmocionó a México, y los jesuitas dijeron que la muerte del sospechoso, si se confirma, solo demostraría que el gobierno mexicano no puede atrapar a los criminales y ha perdido el control de partes del país.

El Chueco fue identificado por su hermana pero aún faltan pruebas de ADN

A pesar de nueve meses de supuestas búsquedas de Portillo Gil, las circunstancias de su muerte sugieren que fue asesinado por una banda rival. La pandilla de Portillo Gil también estuvo implicada en la muerte en 2018 de un estadounidense que viajaba por la zona. 'El Chueco' era considerado el líder de Gente Nueva, el brazo armado del Cartel de Sinaloa.

César Jáuregui, fiscal jefe del estado norteño de Sinaloa, dijo que la policía recibió un informe sobre un cadáver el martes en el pueblo de Choix, un área dominada por el cartel de drogas de Sinaloa.

Jáuregui dijo que Diana Carolina Portillo, la hermana del sospechoso, identificó el cuerpo del hombre, que se cree que fue asesinado a tiros en algún momento del lunes.

Jáuregui dijo que “no podemos determinar de manera concluyente que este caso está cerrado hasta que tengamos pruebas científicas”, dijo en una conferencia de prensa, en referencias a pruebas de ADN.

Pero el cadáver se encontró en un campo solo un día después de que mataron al hombre, y la cara estaba intacta, lo que le da un alto grado de credibilidad a la identificación hecha por la hermana.

La muerte de 'El Chueco' no significa que se haya hecho justicia

La Compañía de Jesús, la orden de los jesuitas, dijo el miércoles que el solo hecho de que Portillo Gil haya sido asesinado a balazos no significa que se haya hecho justicia.

“Si se confirma que este es el implicado en el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, su aparición muerto de ninguna manera puede considerarse un triunfo de la justicia, ni una solución al problema estructural de la violencia” en la región de la Sierra Tarahumara, dijeron los jesuitas en un comunicado.

“Por el contrario, la falta de un proceso legal adecuado en el caso de asesinato solo implicaría que el gobierno mexicano ha fallado en sus deberes básicos y confirmaría que las autoridades no tienen el control del territorio”, según la Compañía de Jesús.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y el Departamento de Defensa habían prometido encontrar a Portillo Gil y llevarlo ante la justicia.

No es raro en México que los cárteles maten a uno de sus propios miembros si sus fechorías han resultado en una mayor presión policial o militar que afecta el negocio de la pandilla.

López Obrador subrayó el miércoles temprano que la identidad del cuerpo aún no había sido comprobada mediante pruebas científicas.

Los jesuitas dicen que permanecerán en la región

El 20 de junio, Portillo Gil presuntamente asesinó a los dos sacerdotes jesuitas y a un guía turístico, luego de que el guía corriera a una iglesia en el estado vecino de Chihuahua para buscar refugio y los sacerdotes trataran de proteger al guía.

Los jesuitas han prometido permanecer en las montañas Tarahumara, donde durante siglos la orden ha atendido a la comunidad indígena rarámuri.

Los sacerdotes asesinados, el reverendo Javier Campos, de 79 años, y el reverendo Joaquín Mora, de 80, habían pasado gran parte de sus vidas sirviendo a la comunidad rarámuri en el poblado chihuahuense de Cerocahui, a pesar de la feroz violencia de las bandas de narcotraficantes y los madereros ilegales en la zona. .

Portillo Gil también fue acusado del asesinato en 2018 de Patrick Braxton-Andrew, un profesor de español de 34 años de Carolina del Norte que viajaba por las montañas Tarahumara.

La pandilla de Portillo Gil aparentemente sospechaba que Braxton-Andrew era un agente antidrogas estadounidense y lo mató.

A pesar de la delincuencia, la belleza natural de la zona sigue atrayendo turistas. Las montañas Tarahumara son conocidas por su espectacular paisaje y las largas carreras de resistencia que el pueblo rarámuri ha practicado durante mucho tiempo.

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