Irte de vacaciones podría acabar con el planeta: dile 'adiós' a los viajes largos
No es un secreto que el planeta está en una alerta ambiental por los altos grados de emisiones de dióxido de carbono (CO2), las cuales tienen un impacto directo en el medio ambiente y son, en parte, responsables del cambio climático.
Por esa razón, se han implementado medidas en diferentes países para reducir las emisiones y el impacto ambiental con acciones pequeñas.
Separar y reciclar las basura, prohibir el uso de plásticos de un solo uso o cambiar hábitos de consumo son algunas acciones individuales que se realizan para reducir la huella de CO2 en el planeta.
Sin embargo, hay un elemento que se utiliza todos los días en distintas formas y se habla poco de la contaminación que emite: el transporte.
En 2019, la activista sueca Greta Thunberg viajó en un yate del Reino Unido a Nueva York durante dos semanas, pero se presumía que el medio de transporte utilizado estaba diseñado para no emitir residuos de CO2.
Según estadísticas de Our World in Data, el transporte representa una quinta parte de las emisiones anuales de CO2 en todo el planeta, por lo que su huella en el medio ambiente es importante.
Utilizar bicicleta o caminar en lugar de utilizar automóvil en distancias cortas es la mejor opción para no contaminar; sin embargo, esto no siempre es posible en viajes medianos o largos y los transportes, a la larga, podrían ser los responsables de acabar con el planeta.
Los autos eléctricos se han vuelto una opción aparentemente ecológica; sin embargo, la energía que utilizan también genera emisiones y no son la mejor opción para un viaje largo, pues la batería se agota después de algunos kilómetros, según el modelo del auto.
De acuerdo con los datos de la plataforma, viajar en tren es la mejor opción para no emitir CO2, en caso de que no se pueda utilizar bicicleta o ir a pie.
En un viaje de distancia media, utilizar un tren en lugar de automóvil reduciría las emisiones un 80%; mientras que sustituir un vuelo nacional por el tren lo haría en 84%, aproximadamente.
La emisión de CO2 puede variar según la duración del viaje, la ocupación del medio de transporte o número de pasajeros, así como la fuente de electricidad que se ocupe.
Sin embargo, existe una cantidad promedio de la huella que se emite por pasajero y kilómetro, según el medio de transporte.
Por ejemplo, un vuelo nacional emite 255 gramos de CO2 por kilómetro, un viaje en auto de gasolina 192 gramos, un autobús 105 gramos y un tren 41 gramos.
Aunque el tren es el transporte para distancias largas o medias con menor huella de carbono, no es un sistema que esté implementado en todo el mundo y, por lo tanto, no siempre existe la opción para utilizarlo como sustituto del auto o el avión.
Es por eso que los viajes en auto o avión son los más frecuentes, pero también los más contaminantes; no obstante, incluso en estos transportes, existen factores que pueden ayudar a decidir cuál es más conveniente para reducir el impacto ambiental.
En un viaje de menos de 1,000 kilómetros, un avión resulta más contaminante, pero en un viaje de mayor distancia sería más conveniente volar por la huella que dejaría la distancia larga en auto.
La solución a las emisiones de CO2 causadas por el transporte no está en dejar de viajar, ya sea en auto, en avión o en tren; pero sí se pueden considerar las distancias y las alternativas para contaminar menos.
Por otra parte, los gobiernos y las instituciones de transporte también son responsables de crear alternativas para reducir el impacto ambiental sin dejarlo como una responsabilidad individual de los pasajeros.
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