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Novelas

Imperio de Mentiras llegó a su fin: Elisa y Leonardo encontraron la verdad de todos los misterios

Luego de una inmensidad de engaños y trampas, Elisa y Leonardo llegaron al fondo de los crímenes que los unieron. Ella supo quién asesinó realmente a su papá Augusto y él a su prometida Julia. Además, Eugenio acabó pagando toda su maldad, mientras que Darío tuvo un trágico desenlace. Aquí te presentamos el relato del capítulo final de Imperio de Mentiras.
7 Feb 2021 – 10:35 PM EST
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Los engaños fueron derribados, las trampas vencidas por la verdad. Los protagonistas de esta historia y sus seres queridos encontraron la salida de un laberinto que fue construido con traiciones y ambición. Elisa y Leonardo finalmente descubrieron al verdadero asesino de Augusto y Julia en la persona que menos imaginaron. Juntos encontraron la fuerza para derrumbar un Imperio de Mentiras.

La novela protagonizada por Angelique Boyer y Andrés Palacios mostró un mundo donde la codicia, el rencor y los deseos de venganza fueron más fuertes que los lazos familiares. Sin embargo, el hambre de justicia y el amor fueron capaces de romper las cadenas que los tenía atados. A continuación de narramos los momentos cumbre del capítulo final de Imperio de Mentiras.

La muerte de Darío y el fin de Eugenio


El resentimiento bloqueó sus oídos, la rabia palpitaba segundo a segundo. Aunque Majo y su mamá le pedían marcharse, Darío tenía una cuenta pendiente con Eugenio. El millonario permanecía encerrado en una recámara tras la golpiza que recibió, pero imploraba una nueva oportunidad.

Ciego por el sufrimiento del pasado, 'Cobra' le ordenó al amor de su vida que se marchara, pues la sombra de sus crímenes jamás lo dejaría en paz. Segura de que lo convencería de frenar sus impulsos de venganza, Majo no se apartó de su lado. Sin embargo, Darío no dio marcha atrás y se dirigió ante su papá para asesinarlo.

El escenario para una tragedia estaba listo. Darío tomó su pistola y la puso frente a Eugenio. El dedo sobre el gatillo temblaba, pero no lo apretaba. Darío no se atrevió a cometer el crimen y el millonario aprovechó para arrebatarle la pistola. A diferencia de su hijo, el poderoso criminal no se tentó el corazón y él sí lo hirió de muerte. Victorioso y satisfecho, Eugenio se marchó con las manos manchadas de sangre.


El destino de Darío estaba definido. La muerte poco a poco lo alejaba de Majo, quien trató de salvarle la vida. Lamentablemente no podrían alcanzar la felicidad. Majo vio cómo su amado dejaba de respirar mientras le afirmaba su amor por toda la eternidad.

Por su parte, Eugenio estaba listo para escapar del país en compañía de Fabricio. Lo que no imaginaba es que Victoria lo encararía al llegar a su mansión. Ella no se mostró compasiva y a sangre fría le disparó en una pierna, en el brazo y en el abdomen. Fabricio intentó detenerla, pero Leonardo y un cuerpo de policías aparecieron para calmar la situación.

La cárcel esperaba a Eugenio, pero ese no fue el peor castigo. Las heridas que Victoria le ocasionó provocaron que estuviera condenado a pasar el resto de su vida sobre una silla de ruedas sin poder mover su cuerpo.

Victoria, la asesina inesperada


Aunque José Luis se había dicho responsable por los crímenes de Augusto Cantú y Julia, la culpa ahora acompañaba a Renata. Segura de que ella había asesinado a su propio padre, les confesó su recuerdo a Elisa y Leonardo, quienes se quedaron en silencio con la revelación.

En medio de un mar de dudas, el agente de la policía llevó el arma para que fuera analizada pese a las súplicas de Elisa de que no hiciera nada que perjudicara a su hermana. Las respuestas pronto caerían como un balde de agua fría sobre sus corazones.


Elisa y Leonardo se unieron para descubrir toda la verdad sin tocarse el corazón. Luego de haberse liberado de la sombra de Eugenio, Victoria regresó a su casa para ser encarada por la pareja. Al cruzar la puerta se enteró de que Renata podría ser una criminal, pero ella insistió en culpar a José Luis. El nerviosismo poco a poco se apoderaba de su alma.

Leonardo no tardó en señalarla como la verdadera asesina de Augusto y Julia, y detalló los pasos que dio para cometer el crimen. Victoria escuchaba todo sin defenderse mientras Elisa la observaba con dolor. El policía explicó que ella siguió a su esposo y en un descuido apareció al lado de su auto para dispararle en la cabeza. Por su parte, Julia salió del carro para salvarse, pero al verse sin salida le suplicó que no la matara. Desafortunadamente, no escuchó las plegarias y le disparó.

Para ocultar su crimen utilizó la presencia de Renata, quien se desmayó al ver sin vida a su papá. Sin importarle el destino de su hija, colocó la pistola entre sus manos y al recobrar el sentido la recriminó por el crimen que nunca cometió.

Sin salida, Victoria terminó por ser arrestada por la policía. La decepción de Elisa, Renata y Majo fue tan grande que la observaron con profundo dolor.

La boda de Elisa y Leonardo


Después de los interminables obstáculos que se atravesaron en el camino de su felicidad, Elisa y Leonardo unieron sus vidas en compañía de sus seres queridos. Con una mirada llena de luz, Elisa apareció en el recinto de la boda con un majestuoso vestido de novia. Por su parte, Leonardo la esperaba feliz frente al altar.

Rodeados de cariño, ambos se juraron amor eterno seguros de que ningún Imperio de Mentiras podría separarlos.

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